El viaje del heroe II


"Nuestro miedo más profundo no es a ser incapaces. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos más allá de toda medida

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos atemoriza.
Nos decimos a nosotros mismos: ¿quién soy yo para ser brillante, genial, talentoso y fabuloso?
En realidad, ¿quiénes somos nosotros para no serlo?
Tú eres un hijo de Dios.
El hecho de hacerse pequeño no sirve al mundo.
Nada hay de iluminación en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor. Todos tenemos que brillar como hacen los niños. Nacimos para manifestar la gloria de Dios que llevamos dentro. Y no está sólo en algunos de nosotros, está en todos. Cuando dejamos que nuestra luz brille, inconscientemente damos permiso a los demás para que hagan lo mismo. A medida que nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros."

Texto de Marianne Williamson que ha sido citado ampliamente porque fue leído por Nelson Mandela en una ocasión señalada.
Esta cita es una descripción del potencial que reside en el héroe cuando realiza su llamada y regresa al mundo del que partió para compartir aquello nuevo que trae.

El Viaje del Héroe es también conocido como el Monomito, ya que es una historia arquetípica, un patrón de comportamiento que se repite no importa la época o la cultura. Fue el mitólogo e historiador Joseph Campbell quien primero habló de este patrón en los años 40 del S. XX. Tras su extensa investigación, viajes y estudio alrededor del mundo, conociendo las mitologías de cada pueblo y cultura, observó que existía una historia común a todos esos relatos. Esta historia es el patrón del viaje del héroe y está constituida por tres fases principales:

La Separación o la partida
La Iniciación – aprendizaje
El Retorno – el regreso
Este patrón de tres se enmarca en 17 etapas por las cuales el héroe transcurre hasta llegar a integrarse con los dos mundos, en el de las sombras y en el de la luz, ya que comprende que ambos forman parte de la misma realidad. Pero para llegar a ese estado, el héroe atraviesa y debe enfrentarse a numerables retos adquiriendo con cada etapa mayor conocimiento de sí mismo y de la realidad.


Me gustaría comentar brevemente cada una de estas 17 etapas:

LA SEPARACIÓN:

La Llamada

Momento en el que recibimos una invitación para empezar o iniciar un nuevo proyecto, una nueva aventura sea cual sea. La invitación puede venir a través de un heraldo (una persona que nos comunica algo), o la vida misma que a través de ciertas circunstancias nos llama a cambiar algo en nuestras vidas o aventurarse a experimentar algo nuevo. Esa llamada se vive como un impulso desde dentro, una intuición, una necesidad a realizar.

Como comenta J. Campbell, es el inicio del “despertar del yo, y esta llamada levanta el velo que cubre un misterio de transfiguración”.

El Rechazo a la Llamada

Es muy típico que como mecanismo de defensa desconfiemos, dudemos, neguemos nuevas posibilidades, y si es así, nos perdemos la oportunidad de evolucionar y crecer a través del enriquecimiento que conllevan nuevas experiencias. El rechazo a la llamada es común, debido al miedo, pero cuando superamos ese miedo inicial, aceptamos la llamada entrando así en un nuevo viaje.

Roger Walsh afirma que aquellos que rechazan la llamada la única opción que les queda es reprimir el mensaje y sus profundas y largas consecuencias. Sólo a través del rechazo el no-héroe puede regresar al mundo de la comodidad o lo que Walsh denomina “tranquilización por la tribu”.

Es importante recordar aquella frase de Maslow que viene a decir que si pretendemos ser menos de lo que podemos llegar a ser, nos garantiza que seremos profundamente infelices…

Ayuda Sobrenatural

Antes de iniciar la aventura en sí misma, el futuro héroe suele encontrarse con una figura protectora que de algún modo vela por él. Además suele recibir ayudas manifestadas de múltiples formas. Desde mi experiencia, este tipo de apoyos suelen llegar a nuestras vidas de forma sincrónica, en otras palabras, por coincidencias no casuales, lo que suele llamarse por sincronicidad.


El Cruce del Primer Umbral

De acuerdo con Campbell, el umbral marca para el héroe la división entre el mundo familiar y conocido por el desconocido. Atravesar el umbral marca el inicio de la aventura, además, esconde un misterio de transfiguración y transformación. Lo cual significa que nosotros y nuestra vida se transformarán en el momento que vivimos en el mundo desconocido.

Ante tal umbral existen guardianes que velan por la entrada. Generalmente estos guardianes pueden ser representados por nuestros miedos, dudas y temores por este motivo suelen identificarse como demonios o dragones. Podemos encarnar a cada uno de nuestros temores con una figura, ésta será la que impedirá que traspasemos al otro lado del umbral. Sólo cuando encaramos tal miedo con determinación a superarlo, podremos atravesar.

El Vientre de la Ballena

En ocasiones el héroe debe morir para pasar el umbral. El paso al mundo desconocido trae en sí mismo una metamorfosis de la conciencia del héroe ya que como indica Campbell, “el horizonte familiar de la vida se ha sobrepasado, los viejos conceptos, ideales y patrones emocionales dejan de ser útiles”.

¿Quién soy entonces?. Si hasta ahora era en función de esos esquemas de la realidad y la mayoría por no decir todos, se han venido abajo, ¿quién soy?

Una profunda crisis interna por falta de referentes, en la que la realidad se ve completamente transformada y se produce una desorientación importante en el héroe. La confusión, el miedo, la destrucción de las estructuras que sustentaban la realidad se vienen abajo y ello conlleva una muerte.

Cabe recordar las palabras de Ananda K. Coomaraswamy: “ninguna criatura puede alcanzar un más alto grado de naturaleza sin dejar de existir”.


LA INICIACIÓN:

El Camino de las Pruebas

El camino de las pruebas representa el proceso de “purificación del yo”, mediante el cual se produce un proceso de disolución, de trascendencia, o de transmutación de las imágenes infantiles de nuestro pasado personal. En otras palabras, mediante las pruebas que el escenario de la vida nos pone, podemos transformarnos como personas. Este proceso es el proceso de individuación e integración de las diferentes partes de nosotros mismos que están separadas de nuestra identidad, los contenidos de nuestra sombra que requieren emerger a la superficie para ser integrados en nuestra consciencia.

Hay una cita de C.G. Jung que es muy descriptiva de este camino de purificación del yo o de integración de la sombra, dice así: “Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad. Este último procedimiento, no obstante, es desagradable y por tanto, nada popular”.

Para que esto pueda tener lugar, es precisa la sanación de las heridas emocionales y espirituales que llevamos con nosotros. La sanación de esas heridas nos permite recuperar energía y poder interior para hacer lo que tenemos que hacer en la vida. Existe una correlación entre esas heridas y los talentos que podemos poner a disposición del mundo.

Tales pruebas pueden manifestarse a través de algunas de las siguientes circunstancias:

La salud (enfermedades)
La utilización del poder político, mediático y/o económico.
Pérdidas familiares, económicas, etc.
Cambio de ubicación geográfica
Relaciones con otras personas, conflictos a resolver con ellas
Creación de proyectos y nuevas andaduras
Pruebas espirituales
Tentaciones de todo tipo
Un entorno político-económico-social desafiante como el actual.
El Encuentro con la Diosa

Lo femenino representa simbólicamente todo lo que puede conocerse, y representa el matrimonio místico, el encuentro con lo más sagrado. El encuentro con la Diosa representa la realización de que nosotros y nuestro opuesto somos uno. Es el encuentro con el bien y mal, el odio y el amor, la destrucción y la construcción, dos facetas que forman parte de la misma esencia del Todo.


Una manera de representar este encuentro con la imagen de la Diosa Kali, la destructora. Por un lado la energía femenina gesta vida, es creadora, cuidadora y protectora, pero a la vez también puede ser destructora y aniquiladora de vida. El encuentro con esta faceta destructora nos hace entender que ambas son las dos caras de una misma moneda.

La Mujer como Tentación

Como parte de esta etapa, la vida nos tienta de diferentes maneras para probar nuestra fortaleza interior. En este caso me gusta poner las tentaciones de Jesús y de Buda para ejemplificar el tipo de tentaciones.

Las 3 tentaciones de Jesús (en el Evangelio de San Mateo 4:1-11):

Tras 40 días en el desierto, el diablo se aparece ante Jesús y le tienta tres veces:

La primera tentación: como que tiene hambre le dice que convierta tres piedras en pan – en este caso la tentación está en utilizar los recursos y capacidades únicamente en beneficio propio.
La segunda tentación: consiste en tirarse por un precipicio y demostrar que no le ocurre nada – aquí sería una manifestación pública del propio poder.
La tercera tentación: el diablo le pide que le rinda homenaje para conseguir la gloria obteniendo poder político, económico, social y religioso.


Las 3 tentaciones de Buda:

Tras varios días meditando bajo el árbol de Bodi, Buda se enfrenta a Mara, su equivalente al diablo para la religión cristiana.

La primera tentación: Mara envía a sus sensuales hijas  – tentación sexual, la lujuria.
La segunda tentación: Mara envía calamidades climáticas – el miedo a la autodestrucción.
La tercera tentación: Mara le dice a Buda que no regrese al mundo porque nadie le entenderá, y por tanto no vale la pena enseñar – tentación a la razón, “nadie entenderá la experiencia de la iluminación”. Es la tentación del rechazo al regreso (que veremos en una fase posterior del viaje del héroe).
La Reconciliación con el Padre

Esta es una de las piedras angulares del proceso del viaje del héroe, ya que con ella asumimos la autoridad interna. El héroe debe pasar al mundo adulto dejando atrás la posición de hijo y convertirse en padre; postura que conlleva una posición adulta, de control del curso de la propia vida, de independencia y de autoridad. Dejar atrás la culpa generada por el miedo a las faltas cometidas hacia al padre y las represalias que éste podría llevar a cabo contra el héroe. Básicamente el miedo al castigo.

El posicionarse a la misma altura que el padre, tanto biológico, como Divino o Cósmico, hace que el miedo al castigo se desvanezca. Ya no es una figura que está por encima, sino que se ha convertido en él. Es la plena asunción de la propia soberanía, de responsabilidad

En esta evolución del héroe hacia la figura del padre, puede encontrarse con alguna figura de autoridad que se sienta amenazada por la ascensión de éste a su rango o también puede verse ayudado por éste para ascender.

La Apoteosis y la Gracia Última

Joseph Campbell considera la Apoteosis de la Gracia Última como etapas separadas, pero personalmente las veo muy similares ya que una implica la otra. Es como una repetición una de la otra así que las contemplo como una única.

Esta última fase de la iniciación, es el punto desde el que el héroe comprende la vida, la muerte y a sí mismo. Ha atravesado los últimos terrores de la ignorancia y por tanto accede a un estado de conciencia superior, al estado de la mente de Buda. Esto podría traducirse en el momento en el que el héroe consigue:

 Consigue un elixir (un descubrimiento científico en forma de producto)
 Experimenta una comprensión profunda de algún aspecto de si mismo o de la vida
 Realiza algún descubrimiento científico que puede beneficiar al mundo
 Alcanza un grado elevado de conocimiento y sabiduría.

EL REGRESO:

El Rechazo al Regreso:

Cuando uno ha realizado en si mismo ciertas verdades, ha llegado a cierto estado de conciencia y bienestar interno lo último que suele querer es volver al mundo denso y complicado que nos aparta de ese estado de plenitud.  En ese momento es fácil que se produzca el rechazo al regreso o el rechazo a la segunda llamada, la de regresar al lugar de origen. Son dos mundos contrarios que debe armonizar después de sus experiencias de plenitud. Este rechazo puede manifestarse de alguna de estas maneras:

no interesarse por lo que ocurre en el mundo,
no relacionarse con personas que no estén al mismo nivel
quedarse apartado de la sociedad
no compartir lo descubierto con la sociedad
no regresar físicamente si es que el viaje ha supuesto la partida geográfica.
El Vuelo Mágico

En ocasiones el héroe regresa con la ayuda de un protector, alguien que nos acoge en el regreso. En este caso sería alguien que nos introduce de nuevo en el mundo normal, presentándonos personas, lugares y favoreciendo circunstancias para nuestra reintegración.

El Rescate desde el Mundo Normal

Otras veces el héroe necesita ser rescatado desde el mundo normal para poder volver. En este caso, el héroe no puede volver por si mismo y necesita la ayuda.

El Cruce del Umbral

Con el regreso al mundo normal, el héroe debe cruzar de nuevo otro umbral, es el umbral que nos devuelve al mundo de las sombras.

Es interesante también analizar los retos que conlleva este regreso, uno se pregunta cosas como:

¿Cómo enseñar lo que ha aprendido uno en el viaje?
¿Cómo dar en el lenguaje del mundo información que proviene de otras realidades?
¿Cómo explicarle al mundo que nos rodea lo que hemos aprendido sin morir en el intento?
¿Cómo explicar cierta información para que sea fácilmente comprensible, para que pueda llegar a ser aceptable y pueda provocar una transformación en el individuo?
¿Cómo compartir lo que hemos aprendido sin perder la paciencia, la tolerancia, el respeto al libre albedrío?
¿Cómo mantener nuestra fe en un mundo de escépticos?

Además de estos retos, tenemos el reto por excelencia del regreso, EL APEGO A LA VERDAD. En palabras de Campbell, “no dejarse atrapar por el tesoro, por el mensaje, por lo conquistado; en definitiva, no dar nunca la aventura por concluida”.
La palabra viva puede fácilmente convertirse en dogma, en letra muerta ya que se desconecta de la experiencia. Suele ocurrir que el héroe pronto se anquilosa, pierde su fuerza, enfangándose en el mundo de las sombras y de la cotidianidad. Es entonces cuando el héroe pasa de salvador a tirano que ha olvidado su destino, al final se ha convertido en el ogro contra el que luchó.

Maestro de dos Mundos y Libre para Vivir

En esta ocasión ocurre lo mismo que con la Apoteosis y la Gracia Última, realmente no veo diferencia entre ambas etapas a pesar de que Campbell las considera separadas. Ser Maestro de dos mundos, poder vivir en el mundo de las sombras y en el de la luz nos hace libres para vivir, por tanto personalmente lo veo como una única y final etapa.

El maestro es el héroe que pertenece a los dos mundos y se mueve por ambos como si fuese uno. Esta es la libertad absoluta en la que el héroe, el hombre, nosotros mismos nos reconciliamos con la muerte y por lo tanto con la vida. En definitiva, la finalidad del héroe es la reconciliación total no sólo consigo mismo sino con la colectividad y con el mundo.


1 comentario:

  1. El hermoso juego de Dios.
    Leía que el proceso de evolución del universo se da de adentro hacia afuera... es la fuerza magnética del amor la que posibilita el retorno al Uno. Gracias por el artículo 🙏🏽

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