Lo sueños y las memorias secretas


¿Sueños ?

La idea es conectarnos con nuestro inconsciente y hacer fluir el flujo energético .
En el transcurso de nuestro desarrollo, algunas vivencias nos impactan y podrian bloquear e inhibir la capacidad natural de crecimiento.
Cuando elaboramos las experiencias, podemos integrarlas positivamente . 
Muchas de nuestras experiencias son inaccesibles por que son inconscientes .Los sueños revelan, nos conectan, nos informan y nos potencian. 
Lo sueños nos dan acceso al material escondido en las memorias secretas .


El Tarot de Carl Jung: Alquimia y Arquetipos

El Tarot de Carl Jung: Alquimia y Arquetipos:

La lectura del Tarot, desde la óptica de Carl Jung, es un proceso de develar el inconsciente y de seguir las pistas de un perenne proceso de alquimia psíquica.

Se ha dicho que el psicólogo suizo Carl Jung descubrió “el Tarot interno” en la mente humana con su concepto de arquetipos. Lo mismo se puede decir que el Tarot era ya un substrato en la historia de la mente colectiva en el cual se podían encontrar los arquetipos –las imágenes primordiales que constituyen la constelación psíquica del ser humano.

En la baraja de 78 cartas, como en los 64 hexagramas del I-Ching, se cifra un universo mental mutante, a través del cual se pueden formar predicciones. “Podemos predecir el futuro cuando sabemos cómo ha evolucionado del pasado el momento presente”, dijo Jung. Esta evolución del instante presente está concatenada al pasado, de la misma forma que la mente consciente está supeditada al inconsciente: la carta del Tarot o el hexagrama son una manifestación visible de este ámbito, en cierta forma una sincronicidad que, se obliga a surgir a la superficie, pero que, como un oráculo, debe saberse interpretar.

En 1933, en un seminario, Jung habló sobre el Tarot (según documenta el libro Visions: Notes of the Seminar given in 1930-1934 by C. G. Jung, Princeton University Pres 1997).

Estas cartas en realidad son el origen de nuestro conjunto de cartas, en las que el rojo y el negro simbolizan los opuestos, y la división de 4 –tréboles, espadas [o picos], diamantes y corazones—también pertenece al simbolismo de la individuación. Son imágenes psicológicas, símbolos con los que uno juega, de la misma forma que el inconsciente parece jugar con su contenido. Se combinan en cierta forma, y las diferentes combinaciones corresponden al desarrollo lúdico de los eventos de la historia de la humanidad. Las cartas originales de Tarot consisten de las cartas ordinarias, el rey, la reina, el caballero, el as, etc., –solo que las figuras son un poco diferentes – además de que existen 21 cartas que son símbolos, o cuadros de situaciones simbólicas. Por ejemplo, el símbolo del sol, o el símbolo del colgado, o de la torre golpeada por un rayo, o de la rueda de la fortuna, y así sucesivamente. Son una especie de ideas arquetípicas, de una naturaleza diferenciada, que se mezclan con los constituyentes ordinarios del flujo del inconsciente, y de esta forma es aplicable como un método intuitivo con la intención de entender el flujo de la vida, posiblemente hasta predecir eventos futuros, siendo que todos los eventos permiten una lectura de las condiciones del momento presente. En este sentido son análogas al I Ching, el método de adivinación china que permite por lo menos una lectura de la condición presente. En realidad, el hombre siempre siente la necesidad de encontrar acceso a través del inconsciente al significado de su condición actual, porque existe una correspondencia o similitud entre la condición que prevalece y la condición del inconsciente colectivo.

Existe cierta disputa sobre el origen del Tarot y si este precede a los naipes que se usan cotidianamente con fines lúdicos. La versión aceptada es que el Tarot en realidad es posterior; sin embargo, versiones ligadas al misticismo hablan del Tarot como del “Libro de Thoth”, y datan su origen a los misterios egipcios. De cualquier manera el diseño de sus arcanos se pierde en la historia –con una raíz ominosa que resurge en los juegos de magos modernos como Aleister Crowley o Alejandro Jodorowsky.

Una de las aportaciones de Carl Gustav Jung a la psicología es trazar un paralelo entre los procesos mentales y los procesos de la alquimia en su búsqueda de transformar la materia (simbólicamente) en oro. De igual forma Jung vio en el Tarot un juego alquímico: “En el Tarot tenemos la figura hermafrodita del diablo. Esta sería en la alquimia el oro. En otras palabras, tal intento por unir los opuestos para la mentalidad cristiana aparece como diabólico y prohibido, perteneciente a la magia negra”. El Tarot, recordemos está ligado a los gitanos, a su vez percibidos por la mentalidad cristiana como una diabólico o que practicaba magia negra.

Si uno quiere imaginar el proceso simbólico, la serie de imágenes que se encuentran en la alquimia son buenos ejemplos… También parece que el conjunto de imágenes en las cartas del Tarot desciende distantemente de los arquetipos de transformación, una perspectiva que me ha confirmado una lectura del profesor Bernoulli. Este proceso simbólico es una experiencia en imágenes y de imágenes. Su desarrollo usualmente se manifiesta como una estructura de enantiodromia como el texto del I Ching y como tal se presente en un ritmo de positivo y negativo, ganancia y perdida, luz y oscuridad.

La enantiodromia es un término griego usado por Jung, e implícito en la filosofía de Heráclito, para significar aquello que se torna en su opuesto. En cierta forma este es el proceso perenne del movimiento, necesario para la salud psíquica. El Sol debe convertirse en la Luna; este es el ritmo de la vida, en cuya coincidencia de opuestos yace la alquimia.



Jung y El Tarot Un Viaje Arquetipico

Sueños, naturaleza y arquetipos. Carl Jung


Sueños, naturaleza y arquetipos. Carl Jung:

“El sueño es la pequeña puerta oculta en lo más interior y en lo más íntimo del alma, que se abre a aquella primitiva noche cósmica que fue el alma cuando aún no existía ninguna conciencia del yo, se invertía en alma mucho más allá de lo que ha llegado una conciencia del yo. Pues toda conciencia del Yo es aislada, reconoce al individuo, lo separa y diferencia y solo ve lo que se puede relacionar con este yo. La conciencia del yo adolece de evidentes limitaciones, aún cuando llegue a las más lejanas nebulosas. Toda conciencia separa; pero en cambio en el sueño penetramos en el hombre más profundo, más universal, más verdadero, más eterno, que se encuentra todavía en el crepúsculo de la noche inicial, donde todavía era el todo y el todo estaba en él, en la naturaleza indiferenciada desnuda de toda individualidad. El sueño procede en esta profundidad vinculada a todo y así todavía es tan infantil, tan grotesco, tan inmoral” 
(wirklichkeit der Seele, 3ª ed 1947, pag 49) 



"Así como los contenidos conscientes pueden desvanercerse en el inconsciente, hay contenidos nuevos que nunca fueron conscientes y que pueden surgir de él. El descubrimiento de que el inconsciente no es un mero depositario del pasado sino que también está lleno de gérmenes de futuras situaciones psíquicas e ideas, me condujo a mi nuevo enfoque de la psicología. Es un hecho que pueden surgir por si mismos del inconsciente pensamient0s e ideas nuevas que anteriormente jamás fueron conscientes. Deseo señalar que la capacidad de la psique humana para producir semejante material nuevo es particularmente significativa al tratar el simbolismo de los sueños, pues encontré una y otra vez que las imágenes e ideas contenidas en los sueños posiblemente no puedan explicarse sólo en función de la memoria. Expresan pensamientos nuevos que jamás alcanzaron la conciencia 
(Recuerdo, sueños y pensamiento. 1975. Ed Taurus.)”

“ Los sueños no son creaciones premeditadas y arbitrarias sino fenómenos naturales, que no son otra cosa que lo que representan. No engañan, no mienten, no falsean ni encubren sino que anuncian ingenuamente lo que son y piensan. Sólo son enojosos y equívocos porque no los comprendemos. No emplean artificio alguno para ocultar algo, sino que dicen lo que forma su contenido, tan claramente como le es posible a su modo. Podemos también comprender por que son tan peculiares y difíciles: la experiencia muestra concretamente que se esfuerzan constantemente en expresar algo que el Yo no sabe y no comprende” (Psychologie und Erziehung –Psicología y Educación- 4 Ed. Pág. 72. 1950)


“Se afirma que el inconsciente sabe más que la consciencia, pero es un saber de tipo esencial, un saber en la eternidad, casi siempre sin relación con el Aquí y Ahora, al margen de nuestro lenguaje racional. Sólo cuando le damos la oportunidad de que se exprese, penetra en el reino de nuestro entendimiento y se nos hace perceptible a nuestro propio aspecto. Este proceso se repite de modo convincente en cada análisis de un sueño que realizamos. Por ello es tan importante no tener opiniones preestablecidas sobre la expresión de los sueños. Tan pronto como se presenta una “monotonía del significado” se sabe que la interpretación se ha vuelto doctrinaria y por ello infructuosa.
(Recuerdo, sueños y pensamiento. 1975. Ed Taurus.)”



El_Tao_de_Jung (D.Rosen) Arquetipos e Inconsciente Colectivo_Jung

El sueño de Paganini


El sueño de Paganini

Se presentaba a tocar con fuego iluminando el escenario. De su violín salían notas prodigiosas y atrás de él todo parecía arder en llamas. Entonces su figura crecía aún más. Se volvía un verdadero coloso. Así lo veía el público. Flaco, alto, erguido, con las manos que parecían llegarle hasta las rodillas; de trajes deshilvanados, en jirones muchas veces, su larga melena revoloteaba al mismo tiempo que su arco describía parábolas en el aire. Nadie se explicaba como podía tocar tan genialmente. Sus largos dedos se comían el violín. En realidad, siempre daba la sensación de que tocaba en violines de juguete. Cuando era niño, su padre, el señor Paganini, comerciante mal habido y ambicioso, le dijo: “Nicolás, tú vas a ser el mas grande violinista del mundo, de mi cuenta corre”, y corrió. Porque a base de golpes, el jovencito llegaría a tocar como nadie lo ha hecho ni lo habrá de hacer. 

Pero hubo quien dijo que lo vio. Alguna noche, mucho antes de que su leyenda creciera. Hubo alguien que aseguró haberlo visto invocar al diablo, postrarse delante del Maligno y repetirle el juramento. “Le dijo que su alma era suya a cambio de tocar como un ángel. Se encendió una luz que me cegó, Paganini se puso de pie y siguió su camino”, así dijo aquel testigo. Hubo quien le creyó y quien no le creyó. Más aquella versión fue creciendo y la gente hacia tumultos para verlo, y para oírlo tocar. Se arrebataban los boletos. Todos habían oído hablar de él, no solo los cultos. Hasta los mendigos y las prostitutas compraban sus entradas apenas se anunciaba que tocaría Nicolò Paganini, “El violinista del diablo”, como empezaron a llamarlo.


Lo cierto es que a Paganini la vida le sonreía por donde pasaba -y no podía ser de otro modo: semejante genio. Feo como el demonio, su presencia impactaba a las mujeres al punto de arrojarse a sus pies. Y si no bastaba con su glamour, ahí estaba su manera de tocar (el violín, digo). A una de ellas que se resistía a amarlo, que se encerraba en su habitación y que había dado órdenes de que bajo ninguna circunstancia se dejara entrar a Paganini en su casa, el virtuoso se las ingenió para llegar hasta el balcón de la alcoba e improvisar una sonata para ¡una sola cuerda! Cuando la dama se percató de la hazaña violinística, le hizo un lugar en su cama al genio. 

Así anduvo Paganini, de mujer en mujer, de cama en cama. Era lo que más le atraía, junto con el dinero para gastarlo, para jugarlo. Tal vez porque durante su niñez había padecido pobreza y miseria, dinero que caía en sus manos dinero que gastaba. Y con la misma prontitud volvía a gastar más. Con la ventaja de que a veces ni en violines gastaba. Alguna vez que iba a tocar a un palacio y se le olvidó su propio instrumento, el anfitrión, de cuna noble y filántropo, extrajo su Guarnerius personal de la vitrina donde lo tenía a la vista de todos, y se lo prestó a Paganini para que saliera del aprieto. Después de que el violinista hubo tocado, el príncipe, duque, marqués o lo que haya sido, no fue capaz de guardar el violín en su sitio. Se lo regaló a Paganini sin dejar de besarle las manos.

Quizás la leyenda del violinista del diablo se baso en lo que alguna vez relato Tartini acerca de su sonata “El trino del Diablo”:“Una noche, en 1713, soñé que había hecho un pacto con el Diablo y estaba a mis órdenes. Todo me salía maravillosamente bien; todos mis deseos eran anticipados y satisfechos con creces por mi nuevo sirviente. Ocurrió que, en un momento dado, le di mi violín y lo desafié a que tocara para mí alguna pieza romántica. Mi asombro fue enorme cuando lo escuché tocar, con gran bravura e inteligencia, una sonata tan singular y romántica como nunca antes había oído. Tal fue mi maravilla, éxtasis y deleite que quedé pasmado y una violenta emoción me despertó. Inmediatamente tomé mi violín deseando recordar al menos una parte de lo que recién había escuchado, pero fue en vano. La sonata que compuse entonces es, por lejos, la mejor que jamás he escrito y aún la llamo "La sonata del Diablo", pero resultó tan inferior a lo que había oído en el sueño que me hubiera gustado romper mi violín en pedazos y abandonar la música para siempre....”



Se cuenta que a Paganini no le sentaba bien que le invitasen a comer para luego tener que tocar alguna pieza a sus anfitriones, al invitarle le decían: "No olvide el violín", a lo que respondía: "Mi violín no come nunca fuera de casa".

Paganini contrajo matrimonio con la cantante Antonia Bianchi, con la que tuvo un hijo al que llamó Aquiles.

También se nos cuenta una anécdota de él, por la que estando en Milán, pasó por una calle, en la que le atrajo un olor a pescado frito que venía de un local, cuando se disponía a entrar con su violín en mano, el dueño de aquel restaurante le indicó que estaba prohibida la entrada a músicos ambulantes, por lo que no pudo comer pescado frito aquel día.

Posteriormente anduvo por París en donde cosechó numerosos éxitos y triunfos, en esta ciudad a orilla del Sena. Una noche tuvo que alquilar un coche para que le llevase al lugar del concierto, al llegar al punto de destino le preguntó al cochero:

- ¿Cuánto le debo?

- Veinte francos

- ¿Veinte francos? ¿Tan caros son los coches en París?

- Mi querido señor – respondió el cochero, que le había reconocido-. Cuando se ganan cuatro mil francos en una noche por tocar con una sola cuerda, se pueden pagar veinte por una carrera.

Paganini se enteró por el portero de la sala del precio justo y volvió al coche y le dijo:

- He aquí dos francos que es lo que le debo; los otros dieciocho se los daré cuando sepa conducir el coche con una sola rueda.

Sobre su muerte corrieron muchas versiones. Una de estas asegura que el sacerdote que le atendía en sus últimos momentos, le preguntó qué contenía el estuche, a lo que Paganini le contestó levantándose de la cama: "¡El diablo! ¡Esto es lo que contiene, el demonio!", y cogiendo el violín en sus manos se puso a tocarlo hasta que lo lanzó contra la pared, expirando al tiempo que el violín se destruía. La historia es falsa, ya que dicho violín se conserva en el museo de Génova.


Niccoló Paganini falleció en Niza, Francia, el 27 de Mayo de 1840, pero el obispo de Niza negó el permiso para su entierro y su ataúd permaneció varios años en un sótano. La fama que se había tejido alrededor de su persona y su talento, forjados en un posible pacto con el demonio, fue determinante en esta decisión eclesiástica, sobretodo debido a que el propio Paganini rehusó acercarse a la Iglesia y desmentir aquellos comentarios. Solamente en 1876 fue permitido el funeral y sus restos se transfirieron al cementerio en Parma.

Tumba de Paganini en Parma




Un decálogo liberal


Un decálogo liberal

Quizá la esencia de la visión liberal pueda resumirse en un nuevo decálogo, que no pretende reemplazar al antiguo, sino sólo complementarlo. Como docente, los Diez Mandamientos que quisiera promulgar podrían enunciarse del siguiente modo:

1. No te sientas completamente seguro de nada.
2. No creas que merece la pena ocultar la prueba, pues ésta es seguro que saldrá a la luz.
3. No te desaliente nunca pensar que no vas a tener éxito.
4. Cuando encuentres oposición, aun cuando sea de tu esposa o de tus hijos, esfuérzate por vencerla con argumentos y no por la autoridad, pues la victoria basada en la autoridad es ficticia e ilusoria.
5. No tengas respeto a la autoridad de otros, pues siempre se encuentran autoridades que opinan lo contrario.
6. No utilices el poder para reprimir opiniones que creas perniciosas, pues si lo haces, las opiniones te reprimirán a ti.
7. No temas parecer excéntrico al opinar, pues todas las opiniones ahora admitidas fueron antes excéntricas.
8. Mira con más agrado la discrepancia inteligente que el asentimiento pasivo, pues si valoras como es debido la inteligencia, lo primero supone un asentimiento más profundo que lo segundo.
9. Sé escrupulosamente veraz, aun cuando la verdad sea inconveniente, pues será aún más inconveniente si tratas de ocultarla.
10. No sientas envidia por la felicidad de otros que viven en un paraíso de necios, pues sólo un necio puede creer que eso es la felicidad.

De su «Autobiografía».

Enlaces de interés

Reflexiones en mi octogésimo cumpleaños


Reflexiones en mi octogésimo cumpleaños

He vivido en busca de una visión, tanto personal como social. Personal: cuidar lo que es noble, lo que es bello, lo que es amable; permitir momentos de intuición para entregar sabiduría en los tiempos más mundanos. Social: ver en la imaginación la sociedad que debe ser creada, donde los individuos crecen libremente, y donde el odio y la codicia y la envidia mueren porque no hay nada que los sustente. Estas cosas, y el mundo, con todos sus horrores, me han dado fortaleza.

Bertrand Russell


Bertrand Russell, fue unos de los filósofos, lógicos y matemáticos más distinguidos del siglo XX. En Lógica es muy famosa su «Paradoja del barbero” en la que queda plasmada su profunda agudeza y su sentido del humor. En matemática creo una obra monumental, los “Principia Mathematica” en donde a partir de ciertas nociones básicas de laLógica y la Teoría de Conjuntos se deduce la totalidad de las matemáticas. Pero sus conocimientos y sus aportaciones no se limitan a estos campos, tocó en profundidad temas como el lenguaje, la política, la relatividad o la religión. Además de ello defendió todo aquello en lo que creía fervientemente, como la paz, la libertad y el bienestar de la humanidad, siendo un activista destacado hasta el final de sus días.

Para lo que he vivido


Para lo que he vivido:

Tres pasiones, sencillas pero tremendamente fuertes, han regido mi vida: el deseo de amar y ser amado, la búsqueda del saber y una compasión, superior a mis fuerzas, por el sufrimiento de la humanidad. Estas pasiones, como vientos potentes, me han zarandeado de aquí para allá, en navegación tortuosa, por el océano profundo de la angustia, hasta el borde mismo de la desesperación.

Busqué primero el amor, porque trae consigo el éxtasis -éxtasis tan grande que muchas veces hubiera sacrificado yo el resto de mi vida por unas pocas horas de su gozo-. Lo busqué, también, porque el amor alivia la soledad -esa terrible soledad en la que el tembloroso ser que tiene conciencia de sí mismo se asoma al borde del universo y ve un frío abismo sin fondo y sin vida-. Y lo busqué, finalmente, porque en la unión que es amor he visto, como en mística miniatura, la visión anunciadora de ese cielo que los santos y los poetas han imaginado. Eso es lo que busqué y, aunque parezca quizá demasiado gozo para el hombre, eso es lo que -al fin- he encontrado.

Con el mismo apasionamiento busqué el saber. He deseado comprender el corazón del hombre. He querido saber por qué brillan las estrellas. Y he intentado apoderarme del poder pitagórico gracias al cual el número triunfa sobre el flujo. Algo de esto, aunque no mucho, he conseguido.

El amor y el saber, en cuanto me fueron posibles, me levantaron hacia arriba, hacia los cielos. Pero la compasión me devolvió siempre a la tierra. Ecos de gritos de dolor reverberan en mi corazón. Niños hambrientos, víctimas torturadas por opresores, ancianos inválidos que son sólo una carga odiada para sus hijos, y todo ese mundo de soledad, pobreza y sufrimiento convierte en burla lo que la vida humana debería ser. Aspiro con toda mi alma a aliviar el mal, pero no puedo, y sufro.

Esta ha sido mi vida. La juzgo digna de vivirse y, si se me diera la oportunidad, volvería a vivirla con gusto.

Bertrand Russell de su «Autobiografía»

Las proposiciones falsas de Bertrand Russell


Se cuenta sobre Bertrand Russell que, mientras explicaba en clase que «de una proposición falsa podía extraerse cualquier consecuencia», un alumno le interrumpió diciéndole: “¿Quiere usted decir que si aceptamos que 2+2=5, entonces podemos concluir que usted es el Papa de Roma?”. Russell contestó inmediatamente:
Mire, si 2+2=5, reste usted 2 y obtendrá que 2=3, o sea, que 3=2; y si ahora resta usted 1 a ambos miembros, obtendrá que 2=1. Puesto que el Papa y yo somos dos, y puesto que 2=1, estará usted de acuerdo conmigo en que el Papa y yo somos uno, luego yo soy, en efecto, el Papa de Roma.

Johnny Guitar



Johnny: ¿A cuántos hombres has olvidado? 
Vienna: A tantos como mujeres tú recuerdas. 
Johnny: ¡No te vayas! 
Vienna: No me he movido.
Johnny: Dime algo agradable. 
Vienna: Claro. ¿Qué quieres que te diga? 
Johnny: Miénteme. Dime que me has esperado todos estosaños.Dímelo. 
Vienna: Te he esperado todos estos años. 
Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.
Vienna: Habría muerto si tú no hubieses vuelto. 
Johnny: Dime que aún me quieres como yo te quiero. 
Vienna: Aún te quiero como tú me quieres. 
Johnny: Gracias. Muchas gracias.

Este extraordinario diálogo ha tenido tal repercusión que varios cineastas lo han reproducido de nuevo dentro de sus propias obras, como es el caso de Jean-Luc Godard en El soldadito, André Techiné en Barocco o Pedro Almodóvar en Mujeres al borde de un ataque de nervios.




Vivir sin ella


Qué tienen en común ciudades como Madrid, Lisboa, Dublin, Roma o Atenas? 

No son las cantidades de desempleados, ni la deuda, ni los recortes sociales, lo que hace iguales a estas y a todas las ciudades de Europa son las respuestas de sus gobiernos ante los conflictos sociales: La represión brutal y desmedida de sus fuerzas armadas, llámense anti disturbios,  carabinieri, policía, ejército o mossos d'esquadra, que tiene una magnitud directamente proporcional a la impunidad de sus actos. 

En toda Europa se está demostrando una y otra vez que la democracia ya no es necesaria, o mejor dicho, que nunca lo ha sido. La famosa Europa democrática ha sido tan solo un espejismo, una ilusión óptica fruto del cansancio, de la sed de justicia y del agotamiento de las mentes lúcidas que tras años de vivir en el desierto terminan por ver lo que quieren ver mas no lo que es real.

Es demasiado triste tener que decir que Franco, Hitler, o Mussolini -desafortunadamente- aún no son parte de la historia. Y no lo son porque si miramos al interior de muchos partidos políticos europeos descubrimos que se les añora y se les venera como a héroes vivos que jamás se pueden dejar caer en el olvido; cuando llegan las elecciones vemos crecer los partidos de extrema derecha; cuando los mismos de siempre, esos que no han perdido la sensibilidad social ni se han dejado corromper por el sistema, salen a la calle a reclamar justicia para los marginados, se les ultraja, reprime y tortura como a herejes y la sociedad sigue tan campante como si de verdad merecieran tales tratos.

Es válido preguntarse hoy día qué tipo de conciencia tiene nuestra sociedad, esa que se jactaba de ser europea y de diferenciarse de la norteamericana, esa a la que hoy sólo le falta la segunda enmienda y un arma en la guantera de cada coche. Y no es que la conciencia se haya perdido, porque esas no son cosas de las que se dejan mal puestas y luego no recordamos el lugar exacto dónde las hemos dejado; es simplemente que la comodidad la ha adormecido y me temo que cuando despierte va a ser justo en ese momento en el que ya no haya nada qué hacer, justo después de ese fatídico instante que temíamos durante la guerra fría, precisamente después de que se haya oprimido el botón y la gran bomba explote sobre nuestras cabezas para recordarnos que la democracia si que era una cosa necesaria aunque nos hayamos acostumbrado a vivir sin ella.

 

Cuantas veces...


Cuántas veces llevas a alguien contigo sin que él lo sepa..? 
Cuántas veces te has quedado pensando en alguien por distintos momentos de tu día..? 
Cuántas veces te acompañaron sus palabras…? 
Cuántas… te alegraron el día..? 
Te dejaron las fuerzas necesarias (esas, que creíste perdidas)..? 
Cuántas veces..? 
Sé que no podrás contarlas. 
Porque son muchas, verdad? 
Todos sembramos a todos con nues
tras acciones y nuestras palabras.
Y en algunos tramos, vamos cultivando la esperanza. 
Ten presente que, aún en soledad, nunca se está solo del todo. 
Las “voces” que cayeron en nosotros, nos siguen acompañando. Y nos sostienen. 
Aférrate a tus voces buenas. Las otras, déjalas. Que el viento las lleve.

Y acuérdate de ir sembrando semillas… 
Uno nunca sabe dónde el terreno está fértil.

Marcela Monica Peralta

Marcela Monica Peralta



Podríamos mirarnos, acercarnos, 

descubrir nuestras imperfecciones más perfectas…

hablarnos, escucharnos, 

destrabar palabras en forma expresa… 

llenar los vacíos con preguntas y respuestas… 

animarnos… arrimarnos… 

hasta incluso aceptar nuestras diferencias.

Pero si nuestras almas no se alcanzan, 

si ellas no se buscan y de encontrarse se contentan… 

no habrá magia, no habrá destellos ni locura. 

Te mantendrás lejos, aún estando cerca.

Porque puedo no mirarte, no acercarme, 

no descubrir tus imperfecciones más perfectas. 

No hablarte ni escucharte. 

No destrabar palabras, no llenar vacíos de dudas. 

No animarme ni arrimarme… 

que si nuestras almas se descubren, 

se encuentran, se reconocen, se perturban y se unen… 

no habrá distancia posible en este mundo para mantenernos solos. 

Puesto que el alma es la única que,

en un lenguaje de complicidades absolutas,

abre puertas a otra alma. Y ante ella, sucumbe.

Carta para un niño con cancer: Elisabeth Kubler Ross


Un niño de nueve años enfermo de cáncer llamado Dougy escribió aElisabeth Kubler Ross  preguntándole tres cosas:
¿Que es la vida?
¿Que es la muerte?
¿Porque tienen que morir los niños pequeños?

Ella le contestó una sencilla carta con colores. La reacción fue muy positiva. Se sintió muy orgulloso de tener un libro escrito e ilustrado especialmente para él. No solo lo compartió con otros niños, sino también con los padres de otros niños muy enfermos. Posteriormente se convirtió en un libro para ayudar a otros niños a comprender estas preguntas tan importantes.

He considerado adecuado reproducir aquí esta maravillosa carta porque a mí me ha impactando profundamente y la considero útil para todos nosotros.

Aunque seamos cronológicamente adultos, nuestro conocimiento y conciencia de muchos aspectos de la vida está mucho más atrasada que la de los niños.















ELIZABET KÜBLER-ROSS (1926-2004) fue doctora en Medicina y Psiquiatría. Nació en Suiza, donde estudió Medicina, y participo como voluntaria junto con los equipos americanos en la recuperación del campo de concentración de Meidaneck (Polonia) tras su liberación. 
Este hecho definió su posterior interés por el comportamiento de las personas conocedoras de la inminencia de su muerte. Trabajó en Estados Unidos durante 25 años ,en las secciones de enfermos terminales de distintos hospitales.
Sus libros traducidos a mas de 25 idiomas y con millones de ejemplares vendidos, la han convertido en una de las autoras mas leídas de los últimos años.

Elizabeth Kübler-Ross: El mapa de un viaje a través del dolor


"Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la perdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas  personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada"
Elizabeth Kübler-Ross


Elizabeth Kübler-Ross no ganó el premio Nobel de la Paz, ni su muerte fue el encabezado de los informativos, sin embargo su trabajo, influencia y legado ha transformado nuestra sociedad.

Fue pionera en el movimiento de cuidados paliativos y del estudio de la muerte y fue una de las voces que desde el mundo científico defendió con más vehemencia la idea de que la consciencia sobrevive al fin del cuerpo físico.

Hay dos cosas que se hacen condenadamente mal en nuestro mundo: NACER y MORIR. En muchísimos casos sin conciencia, sin respeto, sin sinceridad, sin ningún sentido de trascendencia, totalmente medicalizado, en la soledad y frialdad de hospitales y no al calor de los seres queridos.

Del nacer nos ocuparemos otro día, hoy hablaremos del morir.

Porque en un mundo que vive de espaldas a la muerte, Elisabeth Kübler-Ross vino a descifrar, explicar y dignificar este tránsito.

“Morir es tan natural como nacer y crecer,
pero el materialismo de nuestra cultura ha convertido
este último acto de desarrollo en algo aterrador.”

Los datos para este documento los he extraído de estos 2 fantásticos libros que he leído de la autora: “La rueda de la vida” en el que narra su vida y su obra y “Una vida plena”: un libro breve que recoge sus magníficas enseñanzas en frases cortitas.
Os recomiendo ambas lecturas:
La rueda de la vida - Una vida plena
Indice



















1. INFANCIA Y JUVENTUD

Elizabeth Kübler-Ross (EKR) nació en Zurich (Suiza) el 8 de julio de 1926 como una trilliza en una familia formada por un rígido padre, una amorosa y devota madre y un hermano mayor. Ella es dura con los recuerdos de sus primeros años en los que se les trataba como clones, sin atención a sus personalidades diferentes (misma ropa, mismos hábitos, etc.):

“Para mí era una pesadilla ser trilliza… Era una carga psíquica difícil de llevar. No sólo nací siendo una pizca de 900 gramos con pocas probabilidades de sobrevivir sino que además estuve toda la infancia tratando de saber quién soy. ..
Esas circunstancias fueron las que me dieron el aguante, la determinación y la energía para todo el trabajo que me aguardaba”


Con pocos años cogió neumonía y su experiencia fue una pésima introducción en la medicina hospitalaria: allí los médicos nunca le hablaron, le hacían pruebas dolorosas sin permiso, estaba en una habitación sin ventanas y con la luz del techo 24 horas y con una niña enferma (Suzy) que murió completamente sola. Nadie le explicó nada, ni a la niña ni a ella cuando preguntó dónde estaba su compañera. Era como si la muerte no existiese.
Luego entiendes que la labor de su vida fue precisamente evitar situaciones similares.

Elisabeth Küb1er-Ross supo desde muy joven que su misión era la de aliviar el sufrimiento humano y ese compromiso le llevó primero al cuidado de enfermos terminales y posteriormente a enfermos con sida.Por el contrario, le impresionó profundamente la muerte de un granjero amigo de sus padres quien desahuciado por el hospital, volvió a su casa a morir y tuvo tiempo para despedirse de todos sus familiares. Murió en una habitación llena de flores y mirando por la ventana sus árboles frutales.

“La dignidad, el amor y la paz que ví allí me dejaron una impresión imborrable…
Mentalmente comparé su muerte con la de Susy… El granjero había tenido lo que yo ahora llamo una BUENA MUERTE: falleció en su casa rodeado de amor, de respeto, dignidad y afecto”

Su infancia y juventud se destaca por una clara rebeldía, tenacidad, fuerza de voluntad y determinación para estudiar medicina a pesar de la oposición de su padre que tenía otros planes para ella (secretaria en su oficina).

“Según la idea de mis padres, yo tendría que haber sido una simpática y devota ama de casa suiza. Pero acabé siendo una tozuda psiquiatra, escritora y conferenciante del suroeste de EEUU que se comunica con los espíritus de un mundo que creo que es mucho más acogedor, amable y perfecto que el nuestro”

Se graduó como médica en la universidad de Zurich en el año 1957.
Siendo estudiante de medicina visitó algunos de los CAMPOS DE EXTERMINIO NAZI tras la guerra. Elisabeth se sorprendió de que en las paredes de los barracones de Maidanek donde los judíos esperaban su muerte inminente, los más pequeños (tan jóvenes que ni tan siquiera poseían creencias religiosas) habían dejado plasmados sus sentimientos con respecto a lo que les aguardaba. Y lo que más le impactó es que, de una manera natural e instintiva, aquellos niños consideraban la muerte no como un final, sino como un proceso de cambio, una mutación de estado.

Como carecían de conceptos para expresar tales sentimientos, aquellos niños lo plasmaron en dibujos de orugas que se transformaban en MARIPOSAS. Esos dibujos infantiles tocaron profundamente a la, quien a partir de entonces se dedicó en cuerpo y alma a crear una nueva cultura sobre la muerte.

El símbolo de la mariposa se convirtió en un emblema de su trabajo, porque para ella la muerte era un renacimiento a un estado de vida superior y esto es lo que demostró con su vida y obra.

2. LLEGADA A EEUU: ENFERMOS MENTALES
Tras un breve periodo como médica rural en Suiza del que aprendió el verdadero contacto con el paciente y otro tipo de medicina, se casó con un americano y llegó a los Estados Unidos en el año 1958.
Comenzó allí su trabajo en un hospital psiquiátrico de Nueva York (sección femenina) donde se horrorizó por el tipo de tratamiento que recibían los pacientes.

“Comencé mi practica como residente en el Hospital Estatal de Manhattan donde no se tenía mucho aprecio a la vida… donde se albergaba a centenares de enfermos mentales muy graves….
Esa noche en mi diario definí lo visto como un manicomio de pesadilla.
Golpeaban a las pacientes con palos, las castigaban aplicándoles electrochoque y a veces las metían en bañeras con agua caliente hasta el cuello y las dejaban allí 24 horas. A muchas se las usaba como cobayas humanas en experimentos con LSD, psilocibina y mescalina…
…la mayoría de esas personas estaba medicada en exceso y eran víctimas de indiferencia y negligencia. En lugar de medicamentos, lo que necesitaban era atención y cariño”

Cambió las prácticas para tratar a los pacientes como personas. Puso fin a los castigos mas sádicos y consiguió el alta del 94% de las esquizofrénicas previamente desahuciadas.
No utilizó ninguna técnica concreta sino el corazón y el sentido común.

“El conocimiento va muy bien, PERO EL CONOCIMIENTO SÓLO NO VA A SANAR A NADIE. Si no se usa la cabeza, el alma y el corazón, no se puede contribuir a sanar ni a un solo ser humano”

3. ENFERMOS TERMINALES: FASES DE LA MUERTE
Su posterior trabajo en otro hospital supuso su entrada en el mundo de la tanatología disciplina que ella misma contribuyó a edificar.

Observó que muchos médicos evitaban rutinariamente referirse a cualquier cosa que tuviera que ver con la muerte. Se rechazaba, evitaba y mentía a los pacientes moribundos. Y a más graves estaban peor se les trataba.

“Se les ponía en las habitaciones más alejadas de los puestos de enfermeras, se les obligaba a permanecer acostados bajo fuertes luces que no podían apagar, no podían recibir visitas fuera de las horas prescritas. Se les dejaba morir solos, como si la muerte fuera algo contagioso”.

Por supuesto EKR se negó a seguir esas prácticas injustas y equivocadas y actuó de otra forma. ¿Cómo? Con amor y comprensión. A diferencia de sus colegas y en contra de las pautas habituales de la época: decidió sentarse cerca de sus enfermos, dedicarles tiempo, atención y escucharles mientras ellos le abrían su corazón:

“Mi trabajo con las enfermas esquizofrénicas me había enseñado que existe un poder sanador que trasciende los medicamentos, que trasciende la ciencia y eso es lo que yo llevaba cada día a las salas del hospital. Durante mis visitas a los enfermos me sentaba en las camas, les cogía las manos y hablaba durante horas con ellos. Así aprendí que no hay ni un solo moribundo que no anhele cariño, contacto o comunicación. Los moribundos no desean ese distanciamiento sin riesgos que practican los médicos. Ansían sinceridad”

“La mayoría de los médicos se mostraban demasiado distanciados en su trato con los pacientes… Necesitaban tratar a los pacientes como seres humanos iguales que ellos…
Para todos los médicos la muerte significaba un fracaso”

“Mi meta era romper con la barrera de negación profesional
que prohibía a los pacientes expresar sus más íntimas preocupaciones”

“La gente no tiene miedo a morir, la gente tiene miedo a morir en una unidad de cuidados intensivos, alejados del alimento espiritual que da una mano amorosa , separados de la posibilidad de experimentar las cosas que hacen que la vida valga la pena”.

Pionera por tanto en el estudio de la muerte, se convirtió en una voz crítica, que clamaba para poner fin al tipo de muerte hospitalaria: fría, triste e impersonal y luchó porque el paciente recuperase su intimidad y tuviese apoyo y comprensión.

Empezó impartiendo SEMINARIOS en los que participaban enfermos terminales que hablaban ante un auditorio formado por médicos, enfermeras y público abierto acerca de su situación y cómo la atravesaban. En 1968 estos seminarios se convirtieron en cursos acreditados. El éxito fue enorme y pronto los realizaba por todo EEUU y muchísimos otros países. A Europa venía con frecuencia.
Hoy los estudios sobre la muerte y el morir forman parte de la formación de los estudiantes de medicina de muchos países.

No penséis ni por un momento que era un pobre mujer caritativa que sacrificó su vida con moribundos. Ella afirma con rotundidad que losenfermos le transmitieron mucha sabiduría y que todos ganamos en el trato con enfermos terminales.

“Estar sentado en la cabecera de un moribundo es un regalo, nuestro mejor maestro.
De ahí saldremos más enteros, más enriquecidos.”

“Escuchando a pacientes moribundos todos comprendimos que deberíamos haber actuado de otra manera en el pasado y que podíamos hacerlo mejor en el futuro”

Su primer libro “SOBRE LA MUERTE Y LOS MORIBUNDOS” publicado en 1969 hizo de Elisabeth Kübler-Ross una autora conocida internacionalmente y le colocó en el centro de la polémica médica y teológica.

En el libro explicaba sus experiencias con más de 500 enfermos al final de la vida, fue un best seller y una revolución en su momento porque era:
una llamada a la HUMANIZACIÓN en esta última etapa de la vida
una invitación al diálogo sincero acerca de las preocupaciones de los pacientes
un signo de esperanza de que esta etapa puede tener un significado de plenitud si se afronta con conciencia, acompañado de los seres queridos y con la ayuda de profesionales sensibles, honestos y preparados
una evidencia de la gran importancia que tiene la figura de la persona que acompaña al enfermo terminal

Ella fue la primera psiquiatra que describió LAS FASES DE LA MUERTE y que se convirtieron en un clásico de la psiquiatría y a ella en la autoridad más querida y respetada en este tema:
pánico
negación
depresión, indignación y rabia
pacto (regateo con Dios)
y aceptación.

Vio que los niños dejaban este mundo confiados y serenos; observó que algunos adultos partían (después de superar la negación y el miedo), sintiéndose liberados; mientras que otros se aferraban a la vida sólo porque aún les quedaba una tarea que concluir. Pero todos hallaban consuelo en la expresión de sus sentimientos y en el amor incondicional de quienes les prestaban atención.

Y todo esto lo estudió y extendió EKR sin necesidad de adherirse a ningún marco religioso concreto. La muerte es algo universal a la existencia humana, sin etiquetas.

Su organización ayudaba a gente de todo el mundo a instaurar sistemas de apoyo a moribundos, hogares para moribundos y centros de formación para profesionales de salud y familias.

EKR ayudó a muchos FAMILIARES a encajar su pérdida, a saber cómo enfrentarse a la muerte de un ser querido y les explicó cómo apoyar al moribundo, lo que debía hacerse en esos difíciles momentos y lo que debía evitarse. Estas son las cuatro funciones que pedía a los que acompañan a un enfermo:
escucha verdadera y sin juicios
aceptación
permanecer a su lado y
comunicación.

Los pacientes terminales de Elisabeth Kübler-Ross jamás sanaron físicamente pero todos mejoraron emocional y espiritualmente. Se sentían mejor que muchas personas sanas.

Por cierto, el objetivo de Elisabeth Kübler-Ross era ayudar a la gente a vivir hasta que murieran de muerte natural. Nunca ayudó a un paciente a quitarse la vida.

“He aprendido a no juzgar. Por lo general si un enfermo ha aceptado la muerte y el proceso de morir, puede esperar a que llegue naturalmente. Entonces la muerte es una experiencia hermosa y trascendental.
Al suicidarse, la persona podría perderse la lección que debe aprender. En ese caso, en lugar de aprobar y pasar al curso siguiente, tendrá que volver a aprender la lección anterior desde el comienzo”

4. SUPERVIVENCIA DE LA CONSCIENCIA
En 1970 Elisabeth Kübler-Ross empezó a explorar la posibilidad de la existencia de vida después de la muerte. Se interesó por lasexperiencias cercanas a la muerte, las experiencias extracorporales y los médiums, lo que ocasionó también un escándalo (la Universidad de Chicago cuestionó su trabajo y la despidió) y conllevó ataques en sus centros.

Por supuesto este trabajo sobre el más allá provocó risas y recelos entre sus colegas y supuso un alejamiento de muchos estamentos médicos que habían valorado su trabajo como pionera del movimiento de paliativos. Se la llamaba la DOCTORA MÍSTICA.

Pero jamás le importaron las opiniones ajenas y a pesar del escepticismo y del rechazo de muchos de sus colegas, siguió adelante con sus investigaciones, ya que después de entrevistar a miles de personas en trance de muerte, no tenía dudas acerca de la supervivencia del alma.

“No sólo creo que hay una vida después de la muerte, sino que lo sé, tenemos datos suficientes verificables y es importante compartir este conocimiento con la gente”.

“Observé que poco antes de morir los enfermos se relajaban, incluso los que se habían rebelado contra la muerte. Otros, al acercarse su final parecían tener experiencias muy claras con seres queridos ya muertos y hablaban con personas a las que yo no veía. Prácticamente en todos los casos la muerte venía precedida por una singular SERENIDAD”

“Morir es trasladarse a una casa más bella,
se trata sencillamente de abandonar el cuerpo físico
como una mariposa abandona su capullo de seda”

Entre ella y un compañero entrevistaron a 20.000 personas con experiencias cercanas a la muerte y que habían regresado, de entre los 2 y 99 años, de diferentes culturas y religiones. Pero todos coincidían en los mismos elementos.

Todos relataron que esas experiencias no eran dolorosas y que no querían volver, porque viajaban a un lugar donde había infinito amor y consuelo, pero que allí les informaban de que no era el momento.
Según los relatos de esas personas las FASES DE DESPUÉS DE LA MUERTE son:
Salen flotando de sus cuerpos “como la mariposa sale del capullo” en forma etérea, y ven todo lo que sucede. Se experimenta unasalud total, incluso los ciegos pueden ver en este nuevo estado.
Son capaces de ir a cualquier parte a la velocidad del pensamiento.
Se encuentran con sus guías, ángeles de la guarda o compañeros de juegos según los niños, y con familiares y amigos muertos anteriormente.
Acompañados por estos seres se acercan a un TUNEL en cuyo final hay una luz brillante y una fuerza arrolladora de paz, tranquilidad y ganas de volver a casa. Decían que esta luz era la fuente última de energía del Universo: Dios, Cristo, Buda, … Y todos coincidían en que era la forma más pura de amor incondicional.
Todos los que volvieron decían que esa experiencia había influido profundamente en sus vidas y todas habían comprendido que solo hay una explicación al sentido de la vida: el amor.
En contacto con esa fuente suprema experimentan la unicidad, la totalidad o integración de la existencia.
En ese estado la persona hace una REVISION de su vida y ve cómo todos los actos, palabras y pensamientos de su existencia tienen influencias.

“Se les hacía ver que las vidas de todas las personas están interrelacionadas, entrelazadas, que todo pensamiento o acto tiene repercusiones en todos los demás seres vivos del planeta, a modo de reacción en cadena”

De todo este estudio surgió en 1974 el libro “La muerte, un amanecer” que supuso la segunda revolución en el mundo de la tanatología, después del pionero libro de Raymond Moody y dejaban claro:
que la consciencia de la persona que muere sobrevive al plano físico, y
la importancia de perder el miedo a este momento

También se dedicó a impartir cientos de talleres/cursos titulados “Vida, muerte y transición” por todo el mundo donde las personas resolvían sus asuntos inconclusos, se liberaban de la rabia y amargura experimentadas en sus vidas y aprendían a vivir de una manera que les preparaba a morir a cualquier edad. Es decir, sanaban y se convertían en personas integras.

Ella también tuvo una experiencia ‘transpersonal‘ en la que comprobó las posibilidades de la consciencia y los falsos límites de nuestro paradigma científico y médico mecanicista.
Ella cuenta en el libro cómo una noche vió todo a su alrededor vibrando en su estado molecular, a su cuerpo con millones de moléculas danzantes y después “millones de flores de loto de una belleza increíble”. Observó que “todo tiene vida, divinidad”. Su visión se expandió abarcando km y km. En ese estado escuchó las palabras SHANTI NILAYA.

“Fue la sensación de éxtasis mas maravillosa que un ser humano puede experimentar. Me sentía invadida por un respeto reverencial hacia todo lo que me rodeaba y de amor por todo lo que vive”

Estos hechos los narró en un curso de Psicología Transpersonal en Berkeley y unos expertos le explicaron que era una experiencia para obtener la consciencia cósmica y que Shanti Nilaya significa “hogar definitivo de paz” que es donde vamos al final del viaje terrenal.
Este es el nombre que daría posteriormente a su centro para ayudar a enfermos y niños con sida.

Para las que hayáis estudiado Teosofía o asistido a las clases de Eva Monferrer de Psicología Evolutiva, diré que la experiencia mística de EKR equivale a la 4ª o 5ª iniciación (creo). Pronto entrevistaré a Eva y se lo preguntaremos.

Para dejar este capítulo os cuento una anécdota de la vida de la doctora. Su marido (finalmente se divorciaron) era también médico pero totalmente escéptico de la obra de su mujer. Pero pactaron que el que muriese primero transmitiría un mensaje al otro sobre la existencia o no de la otra vida. Murió él antes y en su funeral crecieron rosas rojas sobre el manto de nieve. Para Elisabeth fue una prueba muy importante, entre las miles que recibió con su trabajo.
Y esto me ha dado una idea que yo haré con mis amigas, je, je….

5. SIDA
Su última batalla tras los moribundos y las experiencias de supervivencia de la consciencia fue el sida.

“Yo sabía que el sida era la batalla más importante a la que yo y tal vez el mundo nos enfrentábamos desde la Polonia de la posguerra… la victoria definitiva de esta enfermedad dependería de algo más que de la ciencia”

La época del descubrimiento del sida era de mucha ignorancia (científica y social), incomprensión, miedo y rechazo. Ni los médicos tocaban a los enfermos. Se abandonaban a bebés y niños infectados.

En el libro se narra que el caso que más marcó a EKR fue el de un bebé abandonado que finalmente fue recluido en un hospital en una cuna aislada sin apenas contacto humano. Como una jaula. El personal nunca tocó a ese bebé mas allá de palmaditas. Nadie creo lazos con él, jamás recibió ni un abrazo ni fue cogido en brazos. A los 2 años no sabia andar, gatear o hablar.
La doctora luchó hasta encontrar una pareja maravillosa dispuesta a adoptarlo y el hospital impidió que el niño saliese. Al final lo secuestraron y amenazaron al hospital con ir a los medios de comunicación. Hoy el niño es un feliz adolescente.
Este es un ejemplo de la determinación y convicciones de EKR y de que no hay nada que el amor no pueda curar¡¡

Debido a estas injusticias, EKR se propuso crear un hogar para bebés abandonados con sida para que disfrutaran de los años de vida que les quedaban en plena Naturaleza.
Esto provocó una ola de indignación, asco y miedo en el condado en que vivía y los habitantes la consideraban una especia de anticristo por “llevar esa peste a sus hogares”. El Ku Klux Klan quemó cruces en su jardín. Y finalmente, en 1994 le quemaron su casa con todas sus pertenencias.
Repito, en 1994 no en 1594¡¡¡¡¡¡

Como no se daba por vencida, buscó personas que podrían adoptar esos bebés que ella ya no podía y encontró 350 personas. El libro narra bonitos ejemplos de cómo la gente colaboraba en este precioso proyecto, cada uno con sus posibilidades.

También organizó talleres con enfermos de sida dentro de las CÁRCELES. Como siempre encontró muchísimas reticencias y negativas. Al principió sólo una cárcel lo permitió (por cierto, tenía directora y no director) y finalmente se extendieron por todo el país.
La condición para realizar los talleres es que los participantes fuesen mitad reclusos y mitad funcionarios.
Eran unos emotivos cursos en los que los reclusos contaban los motivos de su encarcelamiento e historias de infancias marcadas por abusos y violencia. Los funcionarios e incluso la directora también. Son talleres de sanación emocional en estado puro.
Consiguió cambiar y mejorar radicalmente las condiciones y el trato a enfermos con sida en todo EEUU.

6. SU ENFERMEDAD Y MUERTE
En 1995, una serie de apoplejías le dejaron postrada en cama e incapacitada físicamente durante 9 largos años hasta su muerte en Scottsdale, Arizona, en 2004. Fue su última y más dura lección que aprender.

“La muerte es una experiencia maravillosa y positiva pero el proceso de morir, cuando se prolonga como el mío, es una pesadilla. Nos mina las facultades, sobre todo la paciencia, la resistencia y la ecuanimidad”

“A pesar de todo mi sufrimiento, continuo oponiéndome a Kevorkian que quita prematuramente la vida a las personas por el simple motivo de que sufren mucho dolor o molestias. No comprenden que al hacerlo impide que las personas aprendan las lecciones que necesitan aprender antes de marcharse… En estos momentos estoy aprendiendo la PACIENCIA y la SUMISION”

“Esta vida mía ha sido muchas cosas pero jamás fácil.
Esto es una realidad, no una queja.
He aprendido que no hay dicha sin contratiempos.
No hay placer sin dolor”

Pidió que la despidieran con alegría, lanzando globos al cielo para anunciar su llegada. Y efectivamente su funeral fue distinto y muy emotivo.
En el entierro un rabí pronunció el responso, una india americana purificó a Elisabeth con humo para su viaje y un monje tibetano cantó textos del Libro tibetano de los muertos. Se soltaron centenares de mariposas que se posaron sobre las personas presentes, y globos de ET (uno de sus personajes favoritos) con la frase “Bienvenida EKR”. Finalmente se esparcieron pétalos de rosas sobre su ataúd antes de depositarlo en la tierra.

7. CRITICAS A LA MEDICINA ACTUAL
Al final del libro, la propia autora reflexiona sobre la práctica médica, comparando su labor como médica rural en su juventud con la mecanización que ha sufrido en la actualidad. Estas son sus denuncias:

“La medicina tiene sus límites, realidad que no se enseña en la facultad. Otra realidad que no se enseña es que un corazón compasivo puede sanar casi todo. Unos cuantos meses en el campo me convencieron de que ser buen médico no tiene nada que ver con anatomía, cirugía ni con recetar los medicamentos correctos. El mejor servicio que un médico puede prestar a un enfermo es ser una persona amable, atenta, cariñosa y sensible”””

“Creo que la medicina moderna se ha convertido en una especie de profeta que ofrece una vida sin dolor. Eso es una tontería. Lo único que a mi juicio sana verdaderamente es el amor incondicional”

“La mejor medicina es la medicina más simple”

“Había una época en que la medicina consistía en sanar, no hacer negocio”

“Los directores de las grandes compañías de seguros y de la OMS ganan millones de dólares al año mientras que los enfermos de sida no pueden costearse los medicamento”

¿Os suenan estas críticas con las expuestas por otros autores y expertos en nuestro artículo de diciembre 2007?: Se inventan enfermedades. La medicalización de la vida cotidiana. El lado oscuro del sistema sanitario y la industria farmacéutica.

Por cierto, a esta mujer que tanto había hecho por los demás de forma generosa y desinteresada y que tantas lecciones había dado a la medicina, su seguro médico no le cubrió los gastos de fisioterapeuta y otros durante su convalecencia final. ¡Escandaloso¡¡¡

8. LOS NIÑOS Y LA MUERTE
Elizabeth afirmaba que los más pequeños eran, sin duda, también los más valientes en el momento de enfrentarse a la muerte, los que mejor comprendían que ésta es una liberación.

“Los niños moribundos, mucho más que los adultos dicen exactamente lo que necesitan para estar en paz. La mayor dificultad está en escucharlos y hacerles caso”.

“Los niños lo saben intuitivamente;
si no les contagiamos nuestros miedos y nuestro dolor,
ellos tienen la capacidad de enseñarnos muchas cosas”

“De forma similar a los adultos, los niños dejan sus cuerpos físicos igual que la mariposa sale del capullo y pasan por las diferentes fases de vida después de la muerte. MARÍA suele ayudar cuando se trata de niños”

Un niño de nueve años enfermo de cáncer llamado Dougy escribió a EKR preguntándole tres cosas:
¿Que es la vida?
¿Que es la muerte?
¿Porque tienen que morir los niños pequeños?



Ella le contestó una sencilla carta con colores. La reacción fue muy positiva. Se sintió muy orgulloso de tener un libro escrito e ilustrado especialmente para él. No solo lo compartió con otros niños, sino también con los padres de otros niños muy enfermos. Posteriormente se convirtió en un libro para ayudar a otros niños a comprender estas preguntas tan importantes.

He considerado adecuado reproducir aquí esta maravillosa carta porque a mí me ha impactando profundamente y la considero útil para todos nosotros.

Aunque seamos cronológicamente adultos, nuestro conocimiento y conciencia de muchos aspectos de la vida está mucho más atrasada que la de los niños


Carta para un niño con cáncer - Elisabeth Kübler-Ross










Lagrimas en la lluvia / Blade Runner


"Yo he visto cosas que vosotros jamas creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. He visto a funcionarios y a empleados públicos trabajar con denuedo y eficiencia, hasta la extenuación. He visto a banqueros honrados. He visto a políticos honestos que velaban por el bien común. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir."

Leonard Cohen, Como decir poesía


Por ejemplo la palabra mariposa. Para usar esta palabra no hace falta aligerar la voz, ni dotarla de pequeñas alas empolvadas, ni inventar un día soleado o un campo de narcisos, ni estar enamorado, ni estar enamorado de las mariposas. La palabra mariposa no es una mariposa de verdad. Está la palabra y está la mariposa. La gente tendrá todo el derecho a reírse de ti si confundes estos dos conceptos. 
No le des tanta importancia a la palabra. ¿Qué quieres transmitir, que amas a las mariposas con más perfección que nadie o que entiendes realmente su naturaleza? La palabra mariposa no es más que un dato. No te da pie a revolotear, elevarte, proteger las flores, simbolizar la belleza y la fragilidad o interpretar de alguna forma a una mariposa. No representes las palabras. No representes nunca las palabras. No intentes nunca despegar del suelo cuando hables de volar, ni gires la cabeza y cierres los ojos cuando hables de la muerte. No me mires con ojos ardientes cuando hables del amor. Si quieres impresionarme al hablar del amor, métete la mano en el bolsillo o debajo del vestido y acaríciate. Si tu ambición y tu hambre de aplausos te ha llevado a hablar del amor, debes aprender a hacerlo sin desacreditarte a ti mismo ni lo que dices.
¿Que expresión podría definir nuestra época? Nuestra época no tolera expresión alguna. Todos hemos visto fotografías de madres asiáticas desoladas, así que no nos interesa la agonía de tus órganos achacosos. Nada de lo que puedas expresar con tu cara tiene parangón con el horror de nuestro tiempo. No lo intentes siquiera. Sólo merecerías el desprecio de los que han sido tocados en lo más hondo. Todos hemos visto telediarios con seres humanos embargados por el dolor y la desazón. Todos sabemos que comes como Dios manda y que hasta te pagan para que te subas a un escenario. Estas tocando para gente que ha vivido catástrofes, así que tranquilízate. Di las palabras, transmite los datos y hazte a un lado. Todos sabemos que sufres. No puedes contarle al público todo lo que sabes del amor en cada verso de amor que digas. Hazte a un lado: la gente sabrá lo que tú sabes porque ya lo sabía. No tienes nada que enseñarles. No eres más hermoso que ellos. Ni más sabio. 
No les grites. No fuerces una entrada en seco. Eso es sexo mal practicado. Si muestras el contorno de tus genitales, entrega lo que prometes. Y recuerda que, en el fondo, la gente no quiere acróbatas en la cama. ¿Que necesitamos? Estar cerca del hombre natural, estar cerca de la mujer natural. No quieras ser un cantante venerado por un público numeroso y leal que desde siempre ha seguido los altibajos de tu carrera. Las bombas, lanzallamas y demás mierdas han destruido algo más que árboles y poblados. También han destruido los escenarios.

¿Acaso creías que tu profesión iba a escapar de la destrucción general? Ya no hay escenarios. Ya no hay candilejas. Estás entre la gente, por tanto sé modesto. Di las palabras, transmite los datos y hazte a un lado. Quédate sólo. Quédate en tu habitación. No montes un número. Se trata de un paisaje interior. Está dentro y es privado. 
Respeta la intimidad de tus textos pues fueron escritos en silencio. La valentía de la interpretación es decirlos. La disciplina de la interpretación es no violarlos. Deja que el público sienta tu amor por la intimidad aunque ésta no exista. Sé una buena puta. El poema no es un eslogan. No puede promocionarte. No puede fomentar tu reputación de sensible. No eres un semental. No eres un ladrón de corazones. Tanto gángster del amor y tanta tontería. Eres un estudiante de disciplina. No representes las palabras. Las palabras mueren cuando las representas, se marchitan, y no nos queda más que tu ambición. Di las palabras con la precisión exacta con que comprobarías la ropa de tu colada. No te conmuevas con una blusa de encaje. Unas braguitas no tienen por qué ponértela dura. No tiembles al ver una toalla. Las sábanas no han de dibujar una expresión de ensueño alrededor de tus ojos. No hace falta que llores en el pañuelo. Los calcetines no están ahí para evocarte extraños y lejanos viajes. No es más que tu colada. No es más que tu ropa. No seas un mirón escudriñando a través de ella. Limítate a llevarla puesta. 
El poema es mera información. Es la Constitución de la patria interna. Si lo declamas y lo hinchas con nobles intenciones, no eres mejor que esos políticos que tanto desprecias. No haces más que agitar una bandera y llamar patéticamente a la patriotería emocional. Piensa en las palabras como ciencia, no como arte. Son un informe. Es como si dieras una conferencia en la Federación de Montañismo. Las personas que te escuchan conocen todos los riesgos de la escalada, y te honran dando por sentado que lo sabes. Si se los pasas por la cara, estás insultando la hospitalidad que te ofrecen. Infórmales de la altitud de la montaña, describe el equipo que utilizaste, especifica el tipo de superficie y fija el tiempo que duró la escalada. No busques dejar al público boquiabierto. Si el público se queda boquiabierto, no será debido a tu apreciación de los hechos, sino a la suya. Tu mérito estará en la estadística y no en las inflexiones de tu voz ni en los ademanes enérgicos de tus manos. Estará en los datos y en la tranquila organización de tu presencia. Evita las florituras.
No temas ser débil. No te avergüences de estar cansado. Tienes buen aspecto cuando estás cansado. Parece como si pudieras seguir y seguir sin parar. Y ahora ven a mis brazos. Eres la imagen de mi belleza.