“Lleno de vida hoy, compacto, visible,
Yo, de cuarenta años de edad el año ochenta y tres de los Estados,
A ti, dentro de un siglo o de muchos siglos,
A ti, que no has nacido, te busco.
Estas leyéndome. Ahora el invisible soy yo,
Ahora eres tu, compacto, visible, el que intuye los versos y el que me busca,
Pensando lo feliz que seria si yo pudiera ser tu compañero.
Se feliz como si yo estuviera contigo.
(No tengas demasiada seguridad de que no estoy contigo.)”
Walt Whitman
DEL OCÉANO RODANTE DE LA MULTITUD
(OUT OF THE ROLLING OCEAN THE CROWD)
Del incesante océano, de la turba, una gota se me acercó suavemente,
Murmurando: Te amo, pronto habré muerto, larga es la distancia que he recorrido sólo para mirarte y para tocarte,
Porque no podía morir sin haberte visto,
Porque sentí el temor de perderte.
Ahora nos hemos encontrado, nos hemos visto, estamos salvados,
Vuelve en paz al océano, amor mío,
Yo también formo parte del océano, no somos tan distintos,
¡Mira que perfecta es la gran esfera, la cohesión de todas las cosas!
Pero a los dos nos va a separar el mar irresistible,
Esta hora nos ha de separar, pero no eternamente;
No te impacientes -aguarda un instante- mira, saludo al viento, al océano y a la tierra,
Cada día, al atardecer, te mando mi amor.
NO TE DETENGAS
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
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