Sueños, naturaleza y arquetipos. Carl Jung:
“El sueño es la pequeña puerta oculta en lo más interior y en lo más íntimo del alma, que se abre a aquella primitiva noche cósmica que fue el alma cuando aún no existía ninguna conciencia del yo, se invertía en alma mucho más allá de lo que ha llegado una conciencia del yo. Pues toda conciencia del Yo es aislada, reconoce al individuo, lo separa y diferencia y solo ve lo que se puede relacionar con este yo. La conciencia del yo adolece de evidentes limitaciones, aún cuando llegue a las más lejanas nebulosas. Toda conciencia separa; pero en cambio en el sueño penetramos en el hombre más profundo, más universal, más verdadero, más eterno, que se encuentra todavía en el crepúsculo de la noche inicial, donde todavía era el todo y el todo estaba en él, en la naturaleza indiferenciada desnuda de toda individualidad. El sueño procede en esta profundidad vinculada a todo y así todavía es tan infantil, tan grotesco, tan inmoral”
(wirklichkeit der Seele, 3ª ed 1947, pag 49)
"Así como los contenidos conscientes pueden desvanercerse en el inconsciente, hay contenidos nuevos que nunca fueron conscientes y que pueden surgir de él. El descubrimiento de que el inconsciente no es un mero depositario del pasado sino que también está lleno de gérmenes de futuras situaciones psíquicas e ideas, me condujo a mi nuevo enfoque de la psicología. Es un hecho que pueden surgir por si mismos del inconsciente pensamient0s e ideas nuevas que anteriormente jamás fueron conscientes. Deseo señalar que la capacidad de la psique humana para producir semejante material nuevo es particularmente significativa al tratar el simbolismo de los sueños, pues encontré una y otra vez que las imágenes e ideas contenidas en los sueños posiblemente no puedan explicarse sólo en función de la memoria. Expresan pensamientos nuevos que jamás alcanzaron la conciencia
(Recuerdo, sueños y pensamiento. 1975. Ed Taurus.)”
“ Los sueños no son creaciones premeditadas y arbitrarias sino fenómenos naturales, que no son otra cosa que lo que representan. No engañan, no mienten, no falsean ni encubren sino que anuncian ingenuamente lo que son y piensan. Sólo son enojosos y equívocos porque no los comprendemos. No emplean artificio alguno para ocultar algo, sino que dicen lo que forma su contenido, tan claramente como le es posible a su modo. Podemos también comprender por que son tan peculiares y difíciles: la experiencia muestra concretamente que se esfuerzan constantemente en expresar algo que el Yo no sabe y no comprende” (Psychologie und Erziehung –Psicología y Educación- 4 Ed. Pág. 72. 1950)
“Se afirma que el inconsciente sabe más que la consciencia, pero es un saber de tipo esencial, un saber en la eternidad, casi siempre sin relación con el Aquí y Ahora, al margen de nuestro lenguaje racional. Sólo cuando le damos la oportunidad de que se exprese, penetra en el reino de nuestro entendimiento y se nos hace perceptible a nuestro propio aspecto. Este proceso se repite de modo convincente en cada análisis de un sueño que realizamos. Por ello es tan importante no tener opiniones preestablecidas sobre la expresión de los sueños. Tan pronto como se presenta una “monotonía del significado” se sabe que la interpretación se ha vuelto doctrinaria y por ello infructuosa.
(Recuerdo, sueños y pensamiento. 1975. Ed Taurus.)”
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