My men



My Men junto con Strange Fruit es una de las dos canciones que hicieron de Billie Holliday una leyenda del Jazz (para muchos la mejor cantante de jazz de todos los tiempos). 

My men, inspirada en su tormentosa vida y no menos truculentas relaciones, habla del amor y del maltrato como si ambas cosas tuvieran que ir imperiosamente unidas, lo cual no solo no es cierto si no que es incompatible con una mentalidad sana. Hoy en día sería imposible concebir un tema como My men en las listas de éxitos, la polemica y el escándalo serían mayúsculos prácticamente porque la canción es como un alegato en favor del maltrato (el mensaje sería algo así como: aunque te pegue y te engañe tu tienes que seguir amando a ese tipo como si no pasara nada ya que eso es amor). Lamentablemente en la actualidad aun hay hombres y mujeres que creen en esta falsa premisa a pies juntillas.

Comparada con otras cantantes de jazz, Holiday tenía una tesitura limitada, de solo una octava, pero compensó esa dificultad con un sentido rítmico implacable, una sutil expresión, y una apabullante inmediatez emocional.
El valor artístico de Billie Holiday siempre residió en su capacidad interpretativa, en su dominio del swing y en la adaptación de sus cualidades vocales al contenido de la canción. Billie Holiday transmitía a sus canciones una intensidad inigualable que, en muchos casos era fruto de una traslación de sus vivencias personales a las letras.

Billie Holliday murió en 1959, a los 44 años, de cirrosis hepática debido a sus constantes excesos con las drogas, en concreto la heroína.

En fin... descanse en paz.


Circulo interior



"Eres circular.
No te preguntes por qué, lo eres y ya está.
No te cuestiones por qué siempre las mismas emociones van y vienen sin causa aparente.
Eres tan mujer, tan Luna, que sales y te escondes, creces y decreces, te llenas y te vacías, de todo, de todos..."

Rous Baltrons

Aire y luz y tiempo y espacio.




"sabes, yo tenia una familia, un trabajo, algo siempre estaba en el medio
pero ahora vendí mi casa, encontré este lugar, un estudio amplio, 
deberías ver el espacio y la LUZ, 
por primera vez en mi vida voy a tener un lugar
y el tiempo para CREAR"

No, nene, si vas a crear,
vas a crear trabajando16 horas por día en una mina de carbón
o
vas a crear en una pisito con 3 chicos mientras estas desocupado,
vas a crear aunque te falte parte de tu mente y de tu cuerpo,
vas a crear ciego,
mutilado,
loco,
vas a crear con un gato trepando por tu espalda
mientras la ciudad entera tiembla en terremotos, bombardeos,
inundaciones y fuego.

Nene, aire y luz y tiempo y espacio
no tienen nada que ver con esto
y no crean nada, 
excepto quizás una vida mas larga para encontrar
nuevas excusas.

Charles Bukowski.


Has decidido que te la llevas

Imagen:  Celula cancerosa

“Has decidido que te la llevas. La noticia ha caído como un mazazo sobre la familia. Un mazazo de los que te rompe por dentro pero te une por fuera. Un mazazo que aplasta cada año más de 200.000 familias sólo en España. Otra familia que se ve obligada a recordar que sólo se tiene a sí misma cuando alguien se viene o se va.

Has decidido que te la llevas. No has sido ni para decirlo a la cara. Nos lo has hecho saber desde tu escondite, la putrefacta caverna microscópica en la que llevas meses atrincherado, agazapado detrás de un asterisco que venía en un sobre muy parecido al de las facturas, como si alguien te hubiera pedido la cuenta, el qué se debe, l’addition.

Cobarde, que eres un cobarde. Mal rayo te parta. Ni un mísero aviso. Ni una oportunidad. Te presentas como se presentan los delincuentes y los indeseables, por sorpresa, sin avisar, cuando ya todo es tarde, cuando ya sólo queda alevosía y nocturnidad. Como si te hubiéramos hecho algo. Como si alguien en este mundo mereciese algo así.

Porque has decidido que te la llevas. Vale, muy bien y ahora qué. Nos das la noticia, nos marcas un plazo, nos amputas cualquier esperanza y aún tendremos que darte las gracias por dejarnos algo de tiempo para despedirnos de ella. Nos dejas el tiempo justo para embalsamar tantos recuerdos que no sabemos ni por dónde empezar. El tiempo justo para no poder ni llorar.

Que sepas que no vas a llevártela tan fácilmente. Que sepas que ella piensa plantarte cara hasta el final. Aunque sea lo último que haga. Piensa aferrarse a lo que le queda de sí. Y piensa apurar toda estadística por ínfima que sea, como se apura el último sorbo en pleno desierto, como se estiran esos últimos minutos antes de que vuelva a sonar el despertador.

 Pero sobre todo, que sepas que no está sola. Ni ahora ni nunca. Ni antes ni después. Su dolor es el nuestro. Su lucha no se libra sólo en su organismo, sino en el ánimo de todos y cada uno de los que la queremos, la querremos y la quisimos alguna vez. Porque en eso consiste querer de verdad, sufrir lo que se ama y amar lo que se sufre, se esté en el cuerpo de quien se esté. Pero qué hago contándote esto, tú qué vas a saber, si eso tú no lo podrás sentir jamás.

Tú has decidido que te la llevas, y punto. Y eso sí, ahora nos ofreces todo tipo de paliativos. Siniestra palabra. Eufemismos, tecnicismos inútiles para disfrazar el dolor que menos duela. Pero duele igual.

Tratamiento, otra palabra que siempre nos será extraña. Porque esconde lo mismo que esconde cualquier peluca. Un esfuerzo titánico, cotidiano, íntimo y personal por aparentar normalidad bajo circunstancias absolutamente extraordinarias.

Por eso, has decidido que te la llevas y puede que al final hasta te la acabes llevando. Puede que ganes, pero jamás vas a triunfar. Porque hay cosas que nunca podrás llevarte.

No te llevarás su risa. Porque su risa puede contigo. Aunque al final te la lleves a ella, su risa se quedará. Tampoco puedes con su cariño. El que recibe y el que nos ha dado. Cuanto más se apaga ella, más se ilumina el hueco que deja a su alrededor. Y por supuesto, no podrás con su recuerdo. Es demasiado grande para ti. Y para cien más como tú.

Cuídate mucho, porque esto no ha hecho más que empezar. Detrás de tus malditas 6 letras hay mucha más gente que sigue luchando todos los días, desde dentro y desde fuera de la enfermedad. Disfruta aún que puedes. Destruye a discreción mientras te dure.

Nosotros tardaremos más o menos, nos dejaremos más o menos por el camino, pero tarde o temprano, tú caerás. Como cayeron tantas otras antes que tú. Porque vamos a por ti. Y si algo bueno tiene el ser humano, de las pocas cosas buenas quizás, es que cuando queremos destruir algo, cuando de verdad nos lo proponemos, es sólo cuestión de tiempo que lo consigamos. Mira si somos buenos, que a veces hasta lo hacemos sin querer.

Has decidido que te la llevas.

Ahora mírame fijamente.

Porque a mí, miedo, no me das.

Risto Mejide.

Cuando sepas de mi



Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.

Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol. Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal.

Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos... nah.

A lo que iba.

Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.

Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.

Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.

Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa, aunque sólo sea tu atención.

Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.

Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.

A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.

Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.

Haz ver que me olvidas.

Y me acabarás olvidando.

De verdad.

Risto Mejide.

Lo poco que sé de la vida



Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo. Lo poco que sé de la vida está en las líneas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos.

Que nadie se me emocione ni albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que sé de la vida, a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea. Sí, sobrino, va por vos.

Empiezo por lo que sé con toda seguridad. Sé que, con suerte, te vas a morir una vez. Así que procura no morirte más veces por el camino. No hay nada peor que esa gente que se va muriendo antes de morirse del todo. Para evitarlo, te regalo un método infalible. Mientras tú vayas decidiendo, todo está bien. El día que dejes de decidir, ese día, cuidado, porque la habrás palmado un poco.

Ten siempre más proyectos que recuerdos, es la única forma que conozco de mantenerse joven. Olvídate de la patraña esa de ser feliz, yate puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser el único dueño de tus propias expectativas.

Que un euro se ahorra, y un polvo se pierde. Para siempre. Que hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar. Por mucho que te cueste pagar las facturas. Por mucho que en las reuniones de antiguos alumnos te miren mal. Es mejor dedicarse toda una vida a algo que te divierte pese a no llegar a fin de mes, que pasarte un solo día trabajando únicamente por dinero.

Entre lo poco que sé de la vida, también te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de luna. Ése es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo qué va.

Ojalá ames mucho y muy bueno, incluso a riesgo de ser correspondido. Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligado a remendarlas con el hilo de cualquier otra ilusión. Que desees y seas deseado, que se frustren todas tus esperanzas y que acabes descubriendo que la única forma de recobrar el primer amor, que es el propio, es en brazos ajenos. Dos emociones inútiles asociadas al pasado, arrepentimiento y culpa, y una emoción inútil asociada al futuro, la preocupación. Cuanto antes de desprendas de las tres, antes empezarás a apreciar lo único que tienes.

Qué más. Ah sí. Sé que al menos un amigo te va a traicionar, otro será traicionado por ti, y que te pongas como te pongas, los que no hayas hecho antes de los 30, ya jamás pasarán de buenos conocidos. Cuenta sólo con los tres principales, porque a partir de ahí, todo es mentira.

Para terminar, y hablando del tema, déjame que te presente a tu mejor enemigo. Se llama miedo. Quédate con su cara, porque va a estar jodiéndote de ahora en adelante. Miedo al fracaso. Miedo al qué dirán. Miedo a perder lo que tienes. Miedo a conseguirlo. Miedo a saber poco de la vida. Miedo a tener razón.

Risto Mejide.


Como se evoca el alma


¿Como se evoca el alma?

 Hay muchas maneras: por medio de la meditación o con los ritmos de la carrera, el tambor, el canto, la escritura, la composición musical, las visiones hermosas, la plegaria, la contemplación, el rito y los rituales, el silencio e incluso los estados de ánimo y las ideas que nos fascinan. 
Todas estas cosas son llamadas psíquicas que hacen salir el alma de su morada. 

No obstante, yo soy partidaria de los métodos que no requieren ningún accesorio y que se pueden poner en práctica tanto en un minuto como en un día entero. Lo cual exige la utilización de la mente para evocar el yo del alma. Todo el mundo está familiarizado por lo menos con un estado mental en el que puede alcanzar esta clase de soledad. En mi caso, la soledad es algo así como un bosque plegable que llevo conmigo dondequiera que voy y que extiendo a mi alrededor cuando lo necesito. Allí me siento bajo los viejos y grandes árboles de mi infancia.

Desde esta posición estratégica hago mis preguntas, recibo las respuestas y después reduzco de nuevo mi bosque al tamaño de un billetito amoroso hasta la próxima vez. La experiencia es inmediata, breve e informativa. En realidad, lo único que hace falta para alcanzar una soledad deliberada es la capacidad para desconectarse de las distracciones”. (...)

Puede resultar raro al principio, pero lo cierto es que las personas conversan constantemente con el alma. Sin embargo, en lugar de entrar en este estado de una forma consciente, muchas caen en él de golpe a través de un ensueño o "estallan" de repente y se "encuentran" en él sin más. Pero, puesto que normalmente se considera una circunstancia desafortunada, hemos aprendido a camuflar este intervalo de comunicación espiritual designándolo con términos mundanos tales como "hablar con una misma", estar "perdida en los propios pensamientos", tener "la mirada perdida en la distancia" o "pensar en las musarañas". Muchos segmentos de nuestra cultura nos inculcan este lenguaje eufemístico, pues por desgracia ya en la infancia se nos enseña a avergonzarnos si nos sorprenden conversando con el alma, sobre todo, en ambientes tan pedestres como el lugar de trabajo o la escuela.

Mujeres que corren con los lobos, Clarissa Pinkola Estés

El viaje del heroe II


"Nuestro miedo más profundo no es a ser incapaces. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos más allá de toda medida

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos atemoriza.
Nos decimos a nosotros mismos: ¿quién soy yo para ser brillante, genial, talentoso y fabuloso?
En realidad, ¿quiénes somos nosotros para no serlo?
Tú eres un hijo de Dios.
El hecho de hacerse pequeño no sirve al mundo.
Nada hay de iluminación en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor. Todos tenemos que brillar como hacen los niños. Nacimos para manifestar la gloria de Dios que llevamos dentro. Y no está sólo en algunos de nosotros, está en todos. Cuando dejamos que nuestra luz brille, inconscientemente damos permiso a los demás para que hagan lo mismo. A medida que nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros."

Texto de Marianne Williamson que ha sido citado ampliamente porque fue leído por Nelson Mandela en una ocasión señalada.
Esta cita es una descripción del potencial que reside en el héroe cuando realiza su llamada y regresa al mundo del que partió para compartir aquello nuevo que trae.

El Viaje del Héroe es también conocido como el Monomito, ya que es una historia arquetípica, un patrón de comportamiento que se repite no importa la época o la cultura. Fue el mitólogo e historiador Joseph Campbell quien primero habló de este patrón en los años 40 del S. XX. Tras su extensa investigación, viajes y estudio alrededor del mundo, conociendo las mitologías de cada pueblo y cultura, observó que existía una historia común a todos esos relatos. Esta historia es el patrón del viaje del héroe y está constituida por tres fases principales:

La Separación o la partida
La Iniciación – aprendizaje
El Retorno – el regreso
Este patrón de tres se enmarca en 17 etapas por las cuales el héroe transcurre hasta llegar a integrarse con los dos mundos, en el de las sombras y en el de la luz, ya que comprende que ambos forman parte de la misma realidad. Pero para llegar a ese estado, el héroe atraviesa y debe enfrentarse a numerables retos adquiriendo con cada etapa mayor conocimiento de sí mismo y de la realidad.


Me gustaría comentar brevemente cada una de estas 17 etapas:

LA SEPARACIÓN:

La Llamada

Momento en el que recibimos una invitación para empezar o iniciar un nuevo proyecto, una nueva aventura sea cual sea. La invitación puede venir a través de un heraldo (una persona que nos comunica algo), o la vida misma que a través de ciertas circunstancias nos llama a cambiar algo en nuestras vidas o aventurarse a experimentar algo nuevo. Esa llamada se vive como un impulso desde dentro, una intuición, una necesidad a realizar.

Como comenta J. Campbell, es el inicio del “despertar del yo, y esta llamada levanta el velo que cubre un misterio de transfiguración”.

El Rechazo a la Llamada

Es muy típico que como mecanismo de defensa desconfiemos, dudemos, neguemos nuevas posibilidades, y si es así, nos perdemos la oportunidad de evolucionar y crecer a través del enriquecimiento que conllevan nuevas experiencias. El rechazo a la llamada es común, debido al miedo, pero cuando superamos ese miedo inicial, aceptamos la llamada entrando así en un nuevo viaje.

Roger Walsh afirma que aquellos que rechazan la llamada la única opción que les queda es reprimir el mensaje y sus profundas y largas consecuencias. Sólo a través del rechazo el no-héroe puede regresar al mundo de la comodidad o lo que Walsh denomina “tranquilización por la tribu”.

Es importante recordar aquella frase de Maslow que viene a decir que si pretendemos ser menos de lo que podemos llegar a ser, nos garantiza que seremos profundamente infelices…

Ayuda Sobrenatural

Antes de iniciar la aventura en sí misma, el futuro héroe suele encontrarse con una figura protectora que de algún modo vela por él. Además suele recibir ayudas manifestadas de múltiples formas. Desde mi experiencia, este tipo de apoyos suelen llegar a nuestras vidas de forma sincrónica, en otras palabras, por coincidencias no casuales, lo que suele llamarse por sincronicidad.


El Cruce del Primer Umbral

De acuerdo con Campbell, el umbral marca para el héroe la división entre el mundo familiar y conocido por el desconocido. Atravesar el umbral marca el inicio de la aventura, además, esconde un misterio de transfiguración y transformación. Lo cual significa que nosotros y nuestra vida se transformarán en el momento que vivimos en el mundo desconocido.

Ante tal umbral existen guardianes que velan por la entrada. Generalmente estos guardianes pueden ser representados por nuestros miedos, dudas y temores por este motivo suelen identificarse como demonios o dragones. Podemos encarnar a cada uno de nuestros temores con una figura, ésta será la que impedirá que traspasemos al otro lado del umbral. Sólo cuando encaramos tal miedo con determinación a superarlo, podremos atravesar.

El Vientre de la Ballena

En ocasiones el héroe debe morir para pasar el umbral. El paso al mundo desconocido trae en sí mismo una metamorfosis de la conciencia del héroe ya que como indica Campbell, “el horizonte familiar de la vida se ha sobrepasado, los viejos conceptos, ideales y patrones emocionales dejan de ser útiles”.

¿Quién soy entonces?. Si hasta ahora era en función de esos esquemas de la realidad y la mayoría por no decir todos, se han venido abajo, ¿quién soy?

Una profunda crisis interna por falta de referentes, en la que la realidad se ve completamente transformada y se produce una desorientación importante en el héroe. La confusión, el miedo, la destrucción de las estructuras que sustentaban la realidad se vienen abajo y ello conlleva una muerte.

Cabe recordar las palabras de Ananda K. Coomaraswamy: “ninguna criatura puede alcanzar un más alto grado de naturaleza sin dejar de existir”.


LA INICIACIÓN:

El Camino de las Pruebas

El camino de las pruebas representa el proceso de “purificación del yo”, mediante el cual se produce un proceso de disolución, de trascendencia, o de transmutación de las imágenes infantiles de nuestro pasado personal. En otras palabras, mediante las pruebas que el escenario de la vida nos pone, podemos transformarnos como personas. Este proceso es el proceso de individuación e integración de las diferentes partes de nosotros mismos que están separadas de nuestra identidad, los contenidos de nuestra sombra que requieren emerger a la superficie para ser integrados en nuestra consciencia.

Hay una cita de C.G. Jung que es muy descriptiva de este camino de purificación del yo o de integración de la sombra, dice así: “Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad. Este último procedimiento, no obstante, es desagradable y por tanto, nada popular”.

Para que esto pueda tener lugar, es precisa la sanación de las heridas emocionales y espirituales que llevamos con nosotros. La sanación de esas heridas nos permite recuperar energía y poder interior para hacer lo que tenemos que hacer en la vida. Existe una correlación entre esas heridas y los talentos que podemos poner a disposición del mundo.

Tales pruebas pueden manifestarse a través de algunas de las siguientes circunstancias:

La salud (enfermedades)
La utilización del poder político, mediático y/o económico.
Pérdidas familiares, económicas, etc.
Cambio de ubicación geográfica
Relaciones con otras personas, conflictos a resolver con ellas
Creación de proyectos y nuevas andaduras
Pruebas espirituales
Tentaciones de todo tipo
Un entorno político-económico-social desafiante como el actual.
El Encuentro con la Diosa

Lo femenino representa simbólicamente todo lo que puede conocerse, y representa el matrimonio místico, el encuentro con lo más sagrado. El encuentro con la Diosa representa la realización de que nosotros y nuestro opuesto somos uno. Es el encuentro con el bien y mal, el odio y el amor, la destrucción y la construcción, dos facetas que forman parte de la misma esencia del Todo.


Una manera de representar este encuentro con la imagen de la Diosa Kali, la destructora. Por un lado la energía femenina gesta vida, es creadora, cuidadora y protectora, pero a la vez también puede ser destructora y aniquiladora de vida. El encuentro con esta faceta destructora nos hace entender que ambas son las dos caras de una misma moneda.

La Mujer como Tentación

Como parte de esta etapa, la vida nos tienta de diferentes maneras para probar nuestra fortaleza interior. En este caso me gusta poner las tentaciones de Jesús y de Buda para ejemplificar el tipo de tentaciones.

Las 3 tentaciones de Jesús (en el Evangelio de San Mateo 4:1-11):

Tras 40 días en el desierto, el diablo se aparece ante Jesús y le tienta tres veces:

La primera tentación: como que tiene hambre le dice que convierta tres piedras en pan – en este caso la tentación está en utilizar los recursos y capacidades únicamente en beneficio propio.
La segunda tentación: consiste en tirarse por un precipicio y demostrar que no le ocurre nada – aquí sería una manifestación pública del propio poder.
La tercera tentación: el diablo le pide que le rinda homenaje para conseguir la gloria obteniendo poder político, económico, social y religioso.


Las 3 tentaciones de Buda:

Tras varios días meditando bajo el árbol de Bodi, Buda se enfrenta a Mara, su equivalente al diablo para la religión cristiana.

La primera tentación: Mara envía a sus sensuales hijas  – tentación sexual, la lujuria.
La segunda tentación: Mara envía calamidades climáticas – el miedo a la autodestrucción.
La tercera tentación: Mara le dice a Buda que no regrese al mundo porque nadie le entenderá, y por tanto no vale la pena enseñar – tentación a la razón, “nadie entenderá la experiencia de la iluminación”. Es la tentación del rechazo al regreso (que veremos en una fase posterior del viaje del héroe).
La Reconciliación con el Padre

Esta es una de las piedras angulares del proceso del viaje del héroe, ya que con ella asumimos la autoridad interna. El héroe debe pasar al mundo adulto dejando atrás la posición de hijo y convertirse en padre; postura que conlleva una posición adulta, de control del curso de la propia vida, de independencia y de autoridad. Dejar atrás la culpa generada por el miedo a las faltas cometidas hacia al padre y las represalias que éste podría llevar a cabo contra el héroe. Básicamente el miedo al castigo.

El posicionarse a la misma altura que el padre, tanto biológico, como Divino o Cósmico, hace que el miedo al castigo se desvanezca. Ya no es una figura que está por encima, sino que se ha convertido en él. Es la plena asunción de la propia soberanía, de responsabilidad

En esta evolución del héroe hacia la figura del padre, puede encontrarse con alguna figura de autoridad que se sienta amenazada por la ascensión de éste a su rango o también puede verse ayudado por éste para ascender.

La Apoteosis y la Gracia Última

Joseph Campbell considera la Apoteosis de la Gracia Última como etapas separadas, pero personalmente las veo muy similares ya que una implica la otra. Es como una repetición una de la otra así que las contemplo como una única.

Esta última fase de la iniciación, es el punto desde el que el héroe comprende la vida, la muerte y a sí mismo. Ha atravesado los últimos terrores de la ignorancia y por tanto accede a un estado de conciencia superior, al estado de la mente de Buda. Esto podría traducirse en el momento en el que el héroe consigue:

 Consigue un elixir (un descubrimiento científico en forma de producto)
 Experimenta una comprensión profunda de algún aspecto de si mismo o de la vida
 Realiza algún descubrimiento científico que puede beneficiar al mundo
 Alcanza un grado elevado de conocimiento y sabiduría.

EL REGRESO:

El Rechazo al Regreso:

Cuando uno ha realizado en si mismo ciertas verdades, ha llegado a cierto estado de conciencia y bienestar interno lo último que suele querer es volver al mundo denso y complicado que nos aparta de ese estado de plenitud.  En ese momento es fácil que se produzca el rechazo al regreso o el rechazo a la segunda llamada, la de regresar al lugar de origen. Son dos mundos contrarios que debe armonizar después de sus experiencias de plenitud. Este rechazo puede manifestarse de alguna de estas maneras:

no interesarse por lo que ocurre en el mundo,
no relacionarse con personas que no estén al mismo nivel
quedarse apartado de la sociedad
no compartir lo descubierto con la sociedad
no regresar físicamente si es que el viaje ha supuesto la partida geográfica.
El Vuelo Mágico

En ocasiones el héroe regresa con la ayuda de un protector, alguien que nos acoge en el regreso. En este caso sería alguien que nos introduce de nuevo en el mundo normal, presentándonos personas, lugares y favoreciendo circunstancias para nuestra reintegración.

El Rescate desde el Mundo Normal

Otras veces el héroe necesita ser rescatado desde el mundo normal para poder volver. En este caso, el héroe no puede volver por si mismo y necesita la ayuda.

El Cruce del Umbral

Con el regreso al mundo normal, el héroe debe cruzar de nuevo otro umbral, es el umbral que nos devuelve al mundo de las sombras.

Es interesante también analizar los retos que conlleva este regreso, uno se pregunta cosas como:

¿Cómo enseñar lo que ha aprendido uno en el viaje?
¿Cómo dar en el lenguaje del mundo información que proviene de otras realidades?
¿Cómo explicarle al mundo que nos rodea lo que hemos aprendido sin morir en el intento?
¿Cómo explicar cierta información para que sea fácilmente comprensible, para que pueda llegar a ser aceptable y pueda provocar una transformación en el individuo?
¿Cómo compartir lo que hemos aprendido sin perder la paciencia, la tolerancia, el respeto al libre albedrío?
¿Cómo mantener nuestra fe en un mundo de escépticos?

Además de estos retos, tenemos el reto por excelencia del regreso, EL APEGO A LA VERDAD. En palabras de Campbell, “no dejarse atrapar por el tesoro, por el mensaje, por lo conquistado; en definitiva, no dar nunca la aventura por concluida”.
La palabra viva puede fácilmente convertirse en dogma, en letra muerta ya que se desconecta de la experiencia. Suele ocurrir que el héroe pronto se anquilosa, pierde su fuerza, enfangándose en el mundo de las sombras y de la cotidianidad. Es entonces cuando el héroe pasa de salvador a tirano que ha olvidado su destino, al final se ha convertido en el ogro contra el que luchó.

Maestro de dos Mundos y Libre para Vivir

En esta ocasión ocurre lo mismo que con la Apoteosis y la Gracia Última, realmente no veo diferencia entre ambas etapas a pesar de que Campbell las considera separadas. Ser Maestro de dos mundos, poder vivir en el mundo de las sombras y en el de la luz nos hace libres para vivir, por tanto personalmente lo veo como una única y final etapa.

El maestro es el héroe que pertenece a los dos mundos y se mueve por ambos como si fuese uno. Esta es la libertad absoluta en la que el héroe, el hombre, nosotros mismos nos reconciliamos con la muerte y por lo tanto con la vida. En definitiva, la finalidad del héroe es la reconciliación total no sólo consigo mismo sino con la colectividad y con el mundo.


El viaje del héroe I


El mito del Viaje del Héroe es un arquetipo que cobra vida en el mundo interior de aquellos que se aventuran a explorar territorios y ámbitos más allá de los socialmente aceptados y conocidos. El Viaje del Héroe es la aventura de llegar a ser quienes de verdad somos; aventura que inevitablemente nos llevará a dejar atrás mundos conocidos para explorar lo desconocido, transformando nuestra visión del mundo y de nosotros mismos. Es un mito, una historia escrita en todas las culturas de todos los rincones del planeta desde que el hombre pisó la Tierra. Es un arquetipo que guía nuestros pasos.

El viaje del héroe es la historia común de aquellos que emprenden un viaje en busca de un sentido más trascendente para sus vidas; de aquellos que necesitan y se atreven a ir más allá de los límites; de aquellos que se atreven a saltar al vacío, aquellos que renuncian a mayor bienestar físico por mayor integridad moral y humana; es la historia de aquellos que se atreven a cuestionar su realidad, su entorno y lo percibido como lo normal; aquellos que necesitan compartir con su entorno, con el mundo, algo que descubren en beneficio de todos; aquellos que se atreven a experimentar en si mismos más allá del rango conocido de experiencias humanas, para regresar y ampliar las posibilidades sobre el potencial humano; aquellos que se atreven a pensar y sentir diferente, a sacar una mano, un brazo, un pie y una pierna de la caja que limita su realidad para descubrir nuevas posibilidades vitales; aquellos que son tildados de locos, de raros, de diferentes, de incomprendidos, aquellos que se atreven a manifestar su verdadera naturaleza, aquellos que se atreven a ser ellos mismos. 

En definitiva, aquellos que se atreven a manifestar su verdadera naturaleza divina y brillar como lo hace el sol sin miedo al qué dirán o a incomodar a otros en su mediocridad.



El viaje del héroe comienza con la “tierra baldía” de una vida carente de autenticidad.
Los viejos conceptos, ideales y pautas emocionales ya no encajan; se acerca el momento de traspasar el umbral.

La llamada a la aventura se presenta de muchas maneras a lo largo de los años, tanto sutiles como explícitas.
Es una llamada al servicio, a entregar nuestra vida a algo más grande que nosotros mismos, la llamada a convertirnos en lo que estamos llamados a ser, la llamada a realizar nuestro “designio vital”.

Algunos de los llamados a la aventura eligen ir.
Otros pueden estar luchando durante años con el miedo y la negación antes de poder trascenderlos.

Tendemos a negar nuestro destino por nuestra inseguridad, por nuestro miedo al ostracismo, por nuestra ansiedad y falta de coraje para arriesgar lo que poseemos.
En el fondo sabemos que cooperar con el destino aporta un gran poder personal y responsabilidad.
Si nos implicamos en nuestro destino, nos abrimos al designio del universo, que se expresa a través de nuestro designio personal.
Si nos negamos, continuamos sintiéndonos inquietos.



Después, como surgida de la nada, se presenta la guía: algo o alguien que nos ayuda a traspasar el umbral de la aventura.
Puede tomar la forma de voces dentro de las personas o de personas que nos guían y nos permiten ver el camino.

Cuando decimos sí a la llamada, traspasamos el umbral. Sobre ese momento de decisión, Buber dice: “E incluso esto no es lo que ‘deberíamos hacer’, más bien no podemos hacer otra cosa”.

En ese punto nuestra libertad y el destino se funden. “Aquí estoy. No puedo hacer otra cosa”, dijo Martin Lutero.

Atravesamos las puertas de lo desconocido hacia el vacío, un dominio carente de mapas. Comienza el peligroso viaje y nos encontramos con una serie de pruebas, peripecias y peligros.
Es un lugar de terror y oportunidad.

Si estamos verdaderamente comprometidos a seguir nuestro sueño, hay una fuerza más allá de nosotros y de nuestra voluntad consciente que nos ayuda a lo largo del camino y nutre nuestro crecimiento y transformación.



Unas manos invisibles guían nuestro viaje con una precisión infinitamente mayor de lo que sería posible si sólo interviniera nuestra voluntad consciente.

Campbell dice que es “la fuerza sobre natural” que ayuda a “los elegidos en medio de sus pruebas más penosas”.

A lo largo del viaje nos encontraremos inevitablemente con uno o más de estos retos supremos que ponen a prueba nuestro compromiso con el camino que hemos tomado y nos dan la oportunidad de aprender de los errores.



En los estadios postreros del camino cruzamos un umbral tras otro, soportando la agonía del crecimiento espiritual y rompiendo nuestras limitaciones personales.

Cuando emergemos del encuentro supremo ya no somos la misma persona; “tenemos algo más que ha crecido en nosotros”, dice Buber.
Finalmente, con la misión cumplida, regresamos trayendo el elixir que restaura la sociedad.

Es difícil dejar atrás la bienaventuranza de las últimas etapas del viaje, un estado de aventura suprema, para volver al lugar largo tiempo olvidado del que partimos, donde personas que son fragmentos de sí mismas imaginan ser totales.

Al volver resulta difícil integrar el duro golpe que suponen las preguntas razonables, los resentimientos y la buena gente que no llega a comprender.

Y regresamos únicamente para preparar el viaje siguiente; pero volvemos como seres nuevos y potentes, preparados para ponernos de nuevo al servicio de la comunidad.


 Referencias: Joseph Campbell y el viaje del héroe. 
“El Héroe de las Mil Caras. Psicoanálisis de un Mito“, publicado en el 1949.
Imágenes (a excepción de la última): Susan Seddon Boulet  







Imagina a una mujer

Imagen: Susan Seddon Boulet, Skywatcher


Imagina una mujer que cree que es correcto y bueno que ella sea mujer.

Una mujer que honra su experiencia y cuenta sus historias.
Que no acepta cargar con los pecados de otros en su cuerpo y su vida.
Imagina una mujer que cree que ella es buena.
Una mujer que confía en sí misma y se respeta.
Que escucha sus necesidades y deseos y los abraza con ternura y gracia.

Imagina una mujer que ha reconocido la influencia del pasado en el presente.
Una mujer que ha recorrido su pasado.
Que ha sanado en el presente.

Imagina una mujer autora de su propia vida.
Una mujer que inicia, se esfuerza y se mueve en su propio nombre.
Que no acepta rendirse, excepto a su Ser más verdadero y a su voz más sabia.

Imagina una mujer que nombra a sus propios dioses.
Una mujer que imagina la divinidad a su imagen y semejanza.
Que diseña su propia espiritualidad y permite que ella le informe su vida diaria.

Imagina una mujer enamorada de su propio cuerpo.
Una mujer que cree que su cuerpo es suficiente, tal como es.
Que celebra su cuerpo y sus ritmos y ciclos como un recurso exquisito.

Imagina una mujer que honra el rostro de la Diosa en su propio rostro cambiante.
Una mujer que celebra la acumulación de sus años y su sabiduría.
Que se niega a usar una preciosa energía ocultando los cambios en su cuerpo y en su vida.

Imagina una mujer que valora a las mujeres en su vida.
Una mujer que se sienta en círculos de mujeres.
Que le recuerdan la verdad sobre sí misma cuando ella olvida.

Imagínate a TI misma como esa mujer.

Patricia Lynn Reilly, de Imagine a Woman in Love with Herself


El jardinero fiel



Niégate a caer.

Si no puedes negarte a caer, niégate a permanecer en el suelo,
eleva tu corazón hacia el cielo
y, como un mendigo hambriento, suplica que te lo llenen,
y te lo llenarán.

Puede que te empujen hacia abajo.
Puede que te impidan levantarte.
Pero nadie puede impedirte elevar tu corazón
hacia el cielo...
sólo tú.

Es justo en medio de la desdicha cuando muchas cosas se aclaran.

El que dice que nada bueno se ha conseguido con ello
es que aún no está prestando atención.

Plegaria, del libro El jardinero fiel. Clarissa Pinkola Estés.



"... Estoy segura de que, mientras cuidemos con esmero de esta poderosa fuerza, aquello que parecía muerto ya no lo estará, lo que parecía perdido dejará de estarlo, lo que algunos consideraban imposible será claramente posible y cualquier terreno en barbecho estará simple-mente descansando... descansando y a la espera de que la bendita semilla sea venturosamente llevada por el viento."
Y lo será.

Clarissa Pinkola Estés. El jardinero fiel

Enlace al libro en PDF


Vive mientras puedas



No conocía su condición. La vi desde el primer día, porque estaba en la habitación de enfrente, y en ese lugar las puertas corredizas de mantienen abiertas, o semi cerradas. 
El marido de la mujer era simpático. Se rió de mi en un par de ocasiones. 
Ella no me miraba directamente, ni yo a ella, aunque ambas nos habíamos visto. 
En una de las ocasiones en las que levanté del sillón para ir a hacer algo, la vi del otro lado del pasillo. Estaba en la cama, de costado, con un camisón blanco estampado y me miró. Le sonreí y ella me devolvió una sonrisa.
 
El hombre me contó después cual era su estado... 
Ella me había sonreído. Es lo único que recuerdo ahora. 

¿Tiene la gente derecho a quejarse por pavadas y  preocuparse por estupideces cuando alguien a quien ya no le queda nada, aún puede sonreír? 

No sé. Espero que se tomen un tiempo para sonreír como esa mujer, cuyos minutos ya no podían ser desperdiciados y usó en segundo en mi.

fuente: http://clarisse-darkness.blogspot.com.es/


Dios es negra



Creo que tenía unos veinticinco años cuando vi por primera vez esta pintada, en una vieja pared, de un viejo edificio cuya fachada sigue contemplando el paso del tiempo. Y desde entonces siempre que circulo por allí, la busco hasta que doy con ella, cada vez más difícil de encontrar, por que el tiempo no es amigo de la permanencia.

Siempre me fascinó mi interpretación de la frase y la conexión temporal que me une a la persona que la escribió. No se en qué circunstancias fue escrita ni qué significado quería plasmar su autor, pero siempre supuse que Dios debía ser una mujer por que "a su imagen y semejanza" es la mujer la que "da a luz", la que crea la vida. Y también supuse que debía ser negra por que siempre he pensado que los primeros "hombres" que poblaron este planeta empezaron a "ser" en pleno continente africano, quizás por algo que leyera en aquel entonces.

Pero cuando tomaba toda la atención posible, hace siete años, a las letras escritas por un filólogo inglés llamado Alan Watts, de repente la frase de marras vino a mi como un soplido fulminante, y entendí perfectamente la pintada que me había acompañado trece años de mi vida, resonante en mi cabeza.

Para entonces, la imagen de Dios estaba completamente extinta. Ese señor omnipotente que todo lo conoce, que te mira fulminante si haces algo "malo" o que te espera a tu muerte, había desaparecido de mi mente. Por otro lado, la nueva imagen de Dios, el de la ciencia absoluta, carecía de cierta relevancia para mi y no me ofrecía mucho más que la imagen de un Dios bueno que perdona todo y que está siempre contigo acompañando te en el camino. Nada de esto me resultaba atrayente y había quedado en el olvido y sin embargo la idea del Tao chino empezaba a formarse como algo natural, alejado de la imagen de Dios y totalmente incomparable, sin substancia ni personalidad, y totalmente "oscuro" a mi entendimiento.

Oscuro, negro. La fuerza creadora y preservadora, la fuerza continuadora y sin embargo completamente negra a mi entendimiento y a mi consciencia, concluía en la frase "Dios es negra!". Eureka! Eureka!

Nunca sabré quién escribió la frase. Tampoco en qué sentido lo hizo. Pero como el Tao... ¿Qué importancia tiene?

Fuente: http://elmanuscritozen.blogspot.com.es

La piedra de la paciencia



"En la mitología persa, “Sangue Sabur” (la piedra de la paciencia), es una piedra mágica a la que uno le cuenta sus desgracias, sus sufrimientos, sus miserias, para confiarle todo lo que no nos atrevemos a revelar a los demás. 
La piedra escucha, absorbe como una esponja todas las palabras, todos los secretos, hasta que un buen día explota.
Y ese día, uno queda liberado..."


‘La piedra de la paciencia’ cuenta la historia de una mujer afgana, cuyo marido se queda en estado de coma en plena guerrilla tras haber sido herido en una disputa. Ella se ve envuelta en una difícil y complicada situación a la que se suma la responsabilidad de cuidar de sus dos hijas, de las que a partir de ahora tendrá que hacerse cargo ella sola. Totalmente desesperada por la pérdida de su esposo, y sin ningún apoyo, decide acudir a la ayuda de su tía, una mujer liberada, y la única persona que puede proporcionarle esperanzas.

Con el objetivo de sacar a la joven de su profunda angustia, su tía le cuenta la leyenda de ‘La piedra de la paciencia’, un objeto que escucha todas tus inquietudes y que debe destruirse para deshacerse de todos tus problemas. Tras escuchar esta historia, la protagonista se dirige a su casa decidida a deshacerse de todo aquello que le hace sentirse prisionera e infeliz. En este proceso aparecerá en su vida un joven soldado por el que sentirá una fuerte atracción, lo que acrecentará aún más sus conflictos internos.


Sensual y espeluznante, la vida y la muerte se van cruzando entre sí sin descanso y con furia.  'La piedra de la paciencia' resulta hipnotizadora, una versión moderna de los cuentos de Sherezade y una parábola sobre el sufrimiento de las mujeres afganas.

La luminosa y extraordinaria interpretación principal de Golshifteh Farahani es lo que principalmente distingue a esta ambiciosa adaptación de un best-seller ganador de premios.


Muchas veces las palabras no explican con claridad lo que sentimos, es inútil tratar de explicar aquellas cosas que se encuentran en el fondo del alma, sin el temor de decir la palabra (o saeta) incorrecta... otras veces, tememos el agobiar o hacer de las personas que queremos un saco de descarga para ello, cuando a veces son pequeños periodos que pasan y que la gente que mas queremos sabe que estamos allí para todos los momentos en los que nos necesiten...los persas lo sabían, utilizaban su "sangue sabur" cuya traducción seria "La piedra de la paciencia" era una roca que se cogía entre ambas manos en algún lugar estando solos, lejos de todos y con la roca entre las manos, comenzaban a contarle todas las vivencias, palabras, sufrimientos y pensamientos que nunca se atrevían a decirle a nadie...cuenta la leyenda que la piedra absorbía todo el dolor, el llanto, la pena, la culpabilidad de su dueño y que algún día la piedra estallaría liberando a su portador de esa carga moral y de todo sufrimiento... no sé si a alguien le estallaría la piedra entre las manos o la encontrase hecha polvo al amanecer... lo que si sé, es que al menos, podrían sentirse escuchados.

El poder de las palabras es descomunal, peligroso, casi religioso, como el poder de un "si" o un "no", el poder de cambiar el camino de una persona (o cambiar el nuestro) al dar una respuesta, nos deberia de hacer pensar en escoger con cuidado en los momentos importantes lo que vamos a decir y lograr la conjunción perfecta con lo que sentimos.. no por ello debemos callar, ni dejar de actuar, simplemente ser honestos, sinceros y libres, siempre fieles a nuestro corazón y al instinto que de una manera u otra nos indica lo que nos hace felices. ¿Destino? No lo sé... Cuenta una leyenda japonesa que al regresar de China, Kakúa (Uno de los primeros maestros del budismo Zen) fue llamado por el emperador y le pidió que le contara acerca de toda la sabiduría que había acumulado en China. Kakúa extrajo su shakuhachi (flauta de bambú), y toco una melodía, le hizo una reverencia y se fue. El emperador comprendió lo que quería decir... no siempre se requieren palabras...

A lo largo de la vida el arte ha estado allí, en todas sus manifestaciones dándonos entre su constante fluir por la historia, revelándonos el alma de su creador. Otra antiquísima leyenda persa contada por el poeta Hafiz, dice que Dios hizo una estatua de barro a su semejanza, pero cuando quería insuflar alma a esta estatua, esta no se dejaba atrapar, pues quería ser libre, no quería ser ni limitada ni atada, el alma no quería entrar en el cuerpo, porque le representaba una prisión. Dios pidió a sus ángeles que tocaran música, cuando lo hicieron, el alma se sintió extasiada y quería vivir la música directamente, y entró al cuerpo.

Por ello tal vez, (por la naturaleza libre del alma y según los persas, la tragedia que es para el hombre la presencia de ese deseo de libertad), hombres y mujeres a través de la historia vivimos esa necesidad de hablar, de escribir, de cantar, de pintar, de ejercitarnos, de amar, de viajar, de descansar de la rutina, haciendo algo que nos de estar a solas con nosotros mismos escuchándonos, comprendiendonos... para poder salir y dar lo mejor de nosotros a los que queremos con el corazón limpio y convivir con el mundo en paz, reflexionando en acción y reacción manifestándonos en palabras y actos acordes al alma, la conciencia y el amor.

Demos una oportunidad aunque sea minúscula al espíritu... de ser libre.


One moment in time




Un momento en el tiempo.

Bajo el pretexto de la locura y con un par de copas de más mezcladas con alguna sustancia alucinógena que cegaba su capacidad de reflexión, decidió pasear sus largas piernas por las lujosas baldosas de la habitación del Beverly Hilton. Su imaginación trastocaba una realidad errónea a la proyectada en su retina, la cual trabajaba al cien por cien intentando recuperar el glamour que antaño conservaba sobre los escenarios de medio mundo. 

Dio un largo trago a la botella de whisky cortesía del gerente del hotel y entró al baño susurrando un “I’ll always love you”.





La espera


La espera nos da una forma. 
Una silueta. Una cadencia al caminar. 
Un sonido de pasos que se acercan. 
Un timbre de voz. Una apuesta. 
La espera nos da un motivo. 
Un desafío. Una ofrenda. 
Un querer llegar y un temor a cuestas. 
Un reconocernos, en ello, parecidos. 
La espera nos da una intriga. 
Un dulce abismo. Y un deseo de avanzar. 
Y la magia de alcanzar. Y el temor de haber caído. 
Un tuyo. Y un mío. Y un nuestro, por comenzar. 
La espera nos da un sentido. 
Andando en una dirección. Sin presión y con guía. 
Entrega sostenida y suave melodía para una canción. 
La espera nos hace y nos dibuja. 
Y vamos adivinando el color. 
Somos estelas cruzando cielo. 
Somos vuelo. Y somos sol.

“La espera” 
Autor: Marcela Peralta




El velo dorado

 Curt Cobain unos meses antes de suicidarse

Eramos jóvenes y aún teníamos el velo dorado delante de los ojos.

La acción nos arrebataba, adorábamos aquellas historias épicas en donde se enfrentaban el bien y el mal satisfaciendo nuestros anhelos de aventura.

Viajábamos con la imaginación, crecíamos y ramificábamos partiendo de aquella maravillosa semilla, y aunque existiesen demasiados estereotipos y errores en nuestras vidas nos daba igual por que no lo percibíamos. Solo veíamos a través del velo dorado...

Un día incierto, el velo dorado cayó de nuestros ojos y nunca más volvió. Fue entonces cuando comenzó a desaparecer el brillo de nuestras miradas y la vida enterró para nosotros, paulatinamente su dorado esplendor.

(Texto Jazzvida)

True colors, Cindy Lauper




El primer brote de la naturaleza es dorado,
su matiz más difícil de mantener.
Su hoja temprana es una flor;
pero es así sólo una hora.
Después las hojas ceden hacia otras hojas.
Así como el Edén se hundió en angustia,
el amanecer acaba enterrado en día. 
Nada dorado permanece.

"Nothing Gold Can Stay" - Robert Frost.


La reina del Vudú

Cuando un fotógrafo ha sabido mirar a través del objetivo de su cámara para captar la fuerza de un momento irrepetible y reconoce esa magia como algo mucho mas valioso que la calidad técnica de su equipo fotográfico, a eso... se le llama sensibilidad.

Esta es una de esas fotografías que me gustaría sentir como propia, creo que se titula Old woman smoking (anciana fumando) pero a mi, que necesito bien poco para que se me dispare la imaginación, me gusta llamarla: La reina del Vudú, Black magic woman, Gypsy Queen y cosas por el estilo.

Fotografía de Sandy Powers
El desierto, Lhasa de Sela

Te quedas mirando el retrato como hechizado/a no sabes muy bien por que... pero puedes sentir su magnetismo e intuir que esa anciana señora siempre fue todo menos una dama, porque ella es como esos seres primordiales que están mas allá del bien y el mal, tan antiguos y herméticos como el mismo conocimiento. De pronto te sobresaltas, sientes sus ojos que te miran de arriba abajo con ancestral desdén mientras el humo del cigarrillo puro que exhala de sus labios cobra vida y te impacta de lleno en el rostro y crees oír su voz alta y clara diciéndote:

Criatura, si la vida te da limones...
Qué limonada, ni qué mierda!
Tu pide tequila Tequila y sal.