Vive mientras puedas



No conocía su condición. La vi desde el primer día, porque estaba en la habitación de enfrente, y en ese lugar las puertas corredizas de mantienen abiertas, o semi cerradas. 
El marido de la mujer era simpático. Se rió de mi en un par de ocasiones. 
Ella no me miraba directamente, ni yo a ella, aunque ambas nos habíamos visto. 
En una de las ocasiones en las que levanté del sillón para ir a hacer algo, la vi del otro lado del pasillo. Estaba en la cama, de costado, con un camisón blanco estampado y me miró. Le sonreí y ella me devolvió una sonrisa.
 
El hombre me contó después cual era su estado... 
Ella me había sonreído. Es lo único que recuerdo ahora. 

¿Tiene la gente derecho a quejarse por pavadas y  preocuparse por estupideces cuando alguien a quien ya no le queda nada, aún puede sonreír? 

No sé. Espero que se tomen un tiempo para sonreír como esa mujer, cuyos minutos ya no podían ser desperdiciados y usó en segundo en mi.

fuente: http://clarisse-darkness.blogspot.com.es/


Dios es negra



Creo que tenía unos veinticinco años cuando vi por primera vez esta pintada, en una vieja pared, de un viejo edificio cuya fachada sigue contemplando el paso del tiempo. Y desde entonces siempre que circulo por allí, la busco hasta que doy con ella, cada vez más difícil de encontrar, por que el tiempo no es amigo de la permanencia.

Siempre me fascinó mi interpretación de la frase y la conexión temporal que me une a la persona que la escribió. No se en qué circunstancias fue escrita ni qué significado quería plasmar su autor, pero siempre supuse que Dios debía ser una mujer por que "a su imagen y semejanza" es la mujer la que "da a luz", la que crea la vida. Y también supuse que debía ser negra por que siempre he pensado que los primeros "hombres" que poblaron este planeta empezaron a "ser" en pleno continente africano, quizás por algo que leyera en aquel entonces.

Pero cuando tomaba toda la atención posible, hace siete años, a las letras escritas por un filólogo inglés llamado Alan Watts, de repente la frase de marras vino a mi como un soplido fulminante, y entendí perfectamente la pintada que me había acompañado trece años de mi vida, resonante en mi cabeza.

Para entonces, la imagen de Dios estaba completamente extinta. Ese señor omnipotente que todo lo conoce, que te mira fulminante si haces algo "malo" o que te espera a tu muerte, había desaparecido de mi mente. Por otro lado, la nueva imagen de Dios, el de la ciencia absoluta, carecía de cierta relevancia para mi y no me ofrecía mucho más que la imagen de un Dios bueno que perdona todo y que está siempre contigo acompañando te en el camino. Nada de esto me resultaba atrayente y había quedado en el olvido y sin embargo la idea del Tao chino empezaba a formarse como algo natural, alejado de la imagen de Dios y totalmente incomparable, sin substancia ni personalidad, y totalmente "oscuro" a mi entendimiento.

Oscuro, negro. La fuerza creadora y preservadora, la fuerza continuadora y sin embargo completamente negra a mi entendimiento y a mi consciencia, concluía en la frase "Dios es negra!". Eureka! Eureka!

Nunca sabré quién escribió la frase. Tampoco en qué sentido lo hizo. Pero como el Tao... ¿Qué importancia tiene?

Fuente: http://elmanuscritozen.blogspot.com.es

La piedra de la paciencia



"En la mitología persa, “Sangue Sabur” (la piedra de la paciencia), es una piedra mágica a la que uno le cuenta sus desgracias, sus sufrimientos, sus miserias, para confiarle todo lo que no nos atrevemos a revelar a los demás. 
La piedra escucha, absorbe como una esponja todas las palabras, todos los secretos, hasta que un buen día explota.
Y ese día, uno queda liberado..."


‘La piedra de la paciencia’ cuenta la historia de una mujer afgana, cuyo marido se queda en estado de coma en plena guerrilla tras haber sido herido en una disputa. Ella se ve envuelta en una difícil y complicada situación a la que se suma la responsabilidad de cuidar de sus dos hijas, de las que a partir de ahora tendrá que hacerse cargo ella sola. Totalmente desesperada por la pérdida de su esposo, y sin ningún apoyo, decide acudir a la ayuda de su tía, una mujer liberada, y la única persona que puede proporcionarle esperanzas.

Con el objetivo de sacar a la joven de su profunda angustia, su tía le cuenta la leyenda de ‘La piedra de la paciencia’, un objeto que escucha todas tus inquietudes y que debe destruirse para deshacerse de todos tus problemas. Tras escuchar esta historia, la protagonista se dirige a su casa decidida a deshacerse de todo aquello que le hace sentirse prisionera e infeliz. En este proceso aparecerá en su vida un joven soldado por el que sentirá una fuerte atracción, lo que acrecentará aún más sus conflictos internos.


Sensual y espeluznante, la vida y la muerte se van cruzando entre sí sin descanso y con furia.  'La piedra de la paciencia' resulta hipnotizadora, una versión moderna de los cuentos de Sherezade y una parábola sobre el sufrimiento de las mujeres afganas.

La luminosa y extraordinaria interpretación principal de Golshifteh Farahani es lo que principalmente distingue a esta ambiciosa adaptación de un best-seller ganador de premios.


Muchas veces las palabras no explican con claridad lo que sentimos, es inútil tratar de explicar aquellas cosas que se encuentran en el fondo del alma, sin el temor de decir la palabra (o saeta) incorrecta... otras veces, tememos el agobiar o hacer de las personas que queremos un saco de descarga para ello, cuando a veces son pequeños periodos que pasan y que la gente que mas queremos sabe que estamos allí para todos los momentos en los que nos necesiten...los persas lo sabían, utilizaban su "sangue sabur" cuya traducción seria "La piedra de la paciencia" era una roca que se cogía entre ambas manos en algún lugar estando solos, lejos de todos y con la roca entre las manos, comenzaban a contarle todas las vivencias, palabras, sufrimientos y pensamientos que nunca se atrevían a decirle a nadie...cuenta la leyenda que la piedra absorbía todo el dolor, el llanto, la pena, la culpabilidad de su dueño y que algún día la piedra estallaría liberando a su portador de esa carga moral y de todo sufrimiento... no sé si a alguien le estallaría la piedra entre las manos o la encontrase hecha polvo al amanecer... lo que si sé, es que al menos, podrían sentirse escuchados.

El poder de las palabras es descomunal, peligroso, casi religioso, como el poder de un "si" o un "no", el poder de cambiar el camino de una persona (o cambiar el nuestro) al dar una respuesta, nos deberia de hacer pensar en escoger con cuidado en los momentos importantes lo que vamos a decir y lograr la conjunción perfecta con lo que sentimos.. no por ello debemos callar, ni dejar de actuar, simplemente ser honestos, sinceros y libres, siempre fieles a nuestro corazón y al instinto que de una manera u otra nos indica lo que nos hace felices. ¿Destino? No lo sé... Cuenta una leyenda japonesa que al regresar de China, Kakúa (Uno de los primeros maestros del budismo Zen) fue llamado por el emperador y le pidió que le contara acerca de toda la sabiduría que había acumulado en China. Kakúa extrajo su shakuhachi (flauta de bambú), y toco una melodía, le hizo una reverencia y se fue. El emperador comprendió lo que quería decir... no siempre se requieren palabras...

A lo largo de la vida el arte ha estado allí, en todas sus manifestaciones dándonos entre su constante fluir por la historia, revelándonos el alma de su creador. Otra antiquísima leyenda persa contada por el poeta Hafiz, dice que Dios hizo una estatua de barro a su semejanza, pero cuando quería insuflar alma a esta estatua, esta no se dejaba atrapar, pues quería ser libre, no quería ser ni limitada ni atada, el alma no quería entrar en el cuerpo, porque le representaba una prisión. Dios pidió a sus ángeles que tocaran música, cuando lo hicieron, el alma se sintió extasiada y quería vivir la música directamente, y entró al cuerpo.

Por ello tal vez, (por la naturaleza libre del alma y según los persas, la tragedia que es para el hombre la presencia de ese deseo de libertad), hombres y mujeres a través de la historia vivimos esa necesidad de hablar, de escribir, de cantar, de pintar, de ejercitarnos, de amar, de viajar, de descansar de la rutina, haciendo algo que nos de estar a solas con nosotros mismos escuchándonos, comprendiendonos... para poder salir y dar lo mejor de nosotros a los que queremos con el corazón limpio y convivir con el mundo en paz, reflexionando en acción y reacción manifestándonos en palabras y actos acordes al alma, la conciencia y el amor.

Demos una oportunidad aunque sea minúscula al espíritu... de ser libre.


One moment in time




Un momento en el tiempo.

Bajo el pretexto de la locura y con un par de copas de más mezcladas con alguna sustancia alucinógena que cegaba su capacidad de reflexión, decidió pasear sus largas piernas por las lujosas baldosas de la habitación del Beverly Hilton. Su imaginación trastocaba una realidad errónea a la proyectada en su retina, la cual trabajaba al cien por cien intentando recuperar el glamour que antaño conservaba sobre los escenarios de medio mundo. 

Dio un largo trago a la botella de whisky cortesía del gerente del hotel y entró al baño susurrando un “I’ll always love you”.





La espera


La espera nos da una forma. 
Una silueta. Una cadencia al caminar. 
Un sonido de pasos que se acercan. 
Un timbre de voz. Una apuesta. 
La espera nos da un motivo. 
Un desafío. Una ofrenda. 
Un querer llegar y un temor a cuestas. 
Un reconocernos, en ello, parecidos. 
La espera nos da una intriga. 
Un dulce abismo. Y un deseo de avanzar. 
Y la magia de alcanzar. Y el temor de haber caído. 
Un tuyo. Y un mío. Y un nuestro, por comenzar. 
La espera nos da un sentido. 
Andando en una dirección. Sin presión y con guía. 
Entrega sostenida y suave melodía para una canción. 
La espera nos hace y nos dibuja. 
Y vamos adivinando el color. 
Somos estelas cruzando cielo. 
Somos vuelo. Y somos sol.

“La espera” 
Autor: Marcela Peralta




El velo dorado

 Curt Cobain unos meses antes de suicidarse

Eramos jóvenes y aún teníamos el velo dorado delante de los ojos.

La acción nos arrebataba, adorábamos aquellas historias épicas en donde se enfrentaban el bien y el mal satisfaciendo nuestros anhelos de aventura.

Viajábamos con la imaginación, crecíamos y ramificábamos partiendo de aquella maravillosa semilla, y aunque existiesen demasiados estereotipos y errores en nuestras vidas nos daba igual por que no lo percibíamos. Solo veíamos a través del velo dorado...

Un día incierto, el velo dorado cayó de nuestros ojos y nunca más volvió. Fue entonces cuando comenzó a desaparecer el brillo de nuestras miradas y la vida enterró para nosotros, paulatinamente su dorado esplendor.

(Texto Jazzvida)

True colors, Cindy Lauper




El primer brote de la naturaleza es dorado,
su matiz más difícil de mantener.
Su hoja temprana es una flor;
pero es así sólo una hora.
Después las hojas ceden hacia otras hojas.
Así como el Edén se hundió en angustia,
el amanecer acaba enterrado en día. 
Nada dorado permanece.

"Nothing Gold Can Stay" - Robert Frost.


La reina del Vudú

Cuando un fotógrafo ha sabido mirar a través del objetivo de su cámara para captar la fuerza de un momento irrepetible y reconoce esa magia como algo mucho mas valioso que la calidad técnica de su equipo fotográfico, a eso... se le llama sensibilidad.

Esta es una de esas fotografías que me gustaría sentir como propia, creo que se titula Old woman smoking (anciana fumando) pero a mi, que necesito bien poco para que se me dispare la imaginación, me gusta llamarla: La reina del Vudú, Black magic woman, Gypsy Queen y cosas por el estilo.

Fotografía de Sandy Powers
El desierto, Lhasa de Sela

Te quedas mirando el retrato como hechizado/a no sabes muy bien por que... pero puedes sentir su magnetismo e intuir que esa anciana señora siempre fue todo menos una dama, porque ella es como esos seres primordiales que están mas allá del bien y el mal, tan antiguos y herméticos como el mismo conocimiento. De pronto te sobresaltas, sientes sus ojos que te miran de arriba abajo con ancestral desdén mientras el humo del cigarrillo puro que exhala de sus labios cobra vida y te impacta de lleno en el rostro y crees oír su voz alta y clara diciéndote:

Criatura, si la vida te da limones...
Qué limonada, ni qué mierda!
Tu pide tequila Tequila y sal.


Maktub, una canción que nos trasporta al medio oriente

Fotograma de la película "The son of the Sheik", un film que fue rodado en 1926 y que convirtió a su protagonista Rodolfo Valentino en un autentico sex simbol de la época. Fue su último trabajo, su repentina muerte pocas semanas después de su estreno, provocó una conmoción popular como no había desatado antes la de ninguna estrella de la pantalla.


Estaba escrito,
en el tiempo y el espacio
que mi alma y la tuya una luz serian.
Estaba escrito,
durante milenios que en el fuego sagrado de la pasión nos consumiríamos.
Sol del desierto quemando la arena.
Tu presencia es el agua
que preserva la vida.
Paloma salvaje en el azul del alma
Tu amor es la luz que ilumina y ciega.
Fue escrito
Y Alá sabe que la serpiente mágica del amor nos haría dioses.
Está escrito antes de los tiempos
que la vida sólo vale la pena cuando el amor nos toca.


Maktub es una composición del  brasileño Marcus Viana